jueves, 21 de enero de 2021

El ideario neoliberal y su potencial revolucionario

Lo que más temen los neoliberales son los gobiernos de izquierdas. Para ellos, la izquierda trae pobreza. Y siempre ponen como ejemplo los países donde gobierna o ha gobernado: Venezuela, la antigua URSS...

Países donde la escasez campa a sus anchas mientras los líderes viven de forma lujosa, a costa de los impuestos que recaudan fomentando el odio hacia las clases altas y las empresas que generan la riqueza.

Los líderes de izquierda tendrían aspiraciones absolutistas y el firme deseo de controlarlo todo desde el aparato del Estado. Además, ese liderazgo sería siempre costoso: en salarios, asesores, propaganda, represión, burocracia, control... Su estilo de vida, soberbio y caprichoso, llevaría al Estado a aumentar la presión impositiva, de tal forma que desincentivarían el emprendimiento y producirían una población servil y victimista que estaría siempre reclamando a las administraciones públicas la satisfacción de sus deseos y necesidades.

No les falta razón: yo también tendría miedo de un escenario así. 

Meme para minar la confianza en los políticos de izquierda. Extraída de Hispañidad

 

El modelo neoliberal lo fijaría EEUU. Un Estado ligero, con bajas cargas impositivas, controlado por las empresas y las clases altas. Una tierra de oportunidades para todos los que estén dispuestos a aprovecharlas.

A las izquierdas les acojona este escenario. Ven en EEUU una amenaza armada y la materialización de desigualdades -donde los sintecho recogen las migajas que caen al suelo de los lobos de Wall Street-. Un capitalismo salvaje donde los más fuertes se meriendan todo lo que pueden a su paso. 

Viñeta que ironiza sobre EEUU como potencia armada. Extraída de GRUÑIDO GRRR - Ironía Gráfica

 

Esta caracterización que hago de las derechas neoliberales estaría representada en España, muy especialmente, por Ciudadanos. También PSOE y PP -pero estos, con un imaginario heredero de los últimos años de "dictablanda" del franquismo, basada en el desarrollo del turismo y la construcción-. Así que, Ciudadanos, un partido fresco, representaría mejor que ninguno el ideario neoliberal -al menos, antes de su giro nacionalista- sin el lastre de la Guerra Civil, el franquismo, la tradición católica, ni el desarrollismo de ladrillo, sol y playa.

En las izquierdas, estaría el actual Podemos. Una amalgama de las izquierdas clásicas -de tradición social comunista- y los nuevos movimientos sociales. Que defendería un modelo de desarrollo "sostenible" tutelado por el Estado y un cierto reparto de la riqueza -un capitalismo progre-. 

 

Para estas izquierdas, la deriva neoliberal global trae desigualdad, guetos de marginalidad y pobreza,  abusos medioambientales, vulneración de derechos humanos... Además de concentración de la riqueza en unas pocas manos, con la consiguiente monopolización de los mercados y la acaparación de poder en ciertas empresas trans/nacionales -que serían incluso capaces de corromper las instituciones y eludir los mecanismos de control de los estados-. 

El capital andaría siempre tratando de influir -o hacerse con- el poder. Para así agilizar sus negocios y obtener ventajas competitivas -sin importarle mucho las consecuencias sociales o medioambientales-. 
Mientras que las izquierdas desconfiarían de estos capitales, tratarían de ponerles límite y conseguir que sus beneficios revirtieran en las arcas públicas -algo totalmente lógico, puesto que sus beneficios de las empresas son posibles gracias a las infraestructuras, recursos humanos y medioambientales, así como a las garantías legales y securitarias que proporcionan los estados-.

 

Los neoliberales necesitan el Estado, principalmente porque es el garante de la propiedad privada. Y, además, les interesa cualquier beneficio que puedan obtener de este -aunque las mariscadas las paguen con el dinero de sus negocios-. Las izquierdas también necesitan al Estado: para poder poner límites a los desmanes económicos. Y, además, les interesa recaudar, no sólo para mantener la infraestructura que hace posible los negocios, sino también para potenciar el tipo de sociedad que creen más justa -y para pagar sus mariscadas-.

Así que, unos y otros, compiten por el poder. Aunque, desde la caída de la URSS, la ventaja está claramente del lado de los neoliberales. Las izquierdas, acorraladas por la caricatura que de ellas hacen las derechas -dictaduras generadoras de escasez e incapaces de satisfacer los caprichos consumistas de la población-, han quedado como una débil herramienta para denunciar los abusos de las grandes empresas, aplicar pequeños parches que lleven a un capitalismo más amable y "sostenible", o actuar en el plano simbólico -para restablecer la dignidad de ciertos colectivos oprimidos por el conservadurismo moral que caracteriza a las derechas-.

Vamos, que las izquierdas han perdido todo potencial transformador y revolucionario. Ese potencial se ha trasladado a la economía neoliberal, y teorías como la de El Gran Reinicio nos parecen hoy más plausibles que una revolución a la Rusa.

De hecho, ante todas las medidas restrictivas adoptadas para combatir la pandemia por Coronavirus, han sido los sectores de la derecha los que más se han movilizado contra los gobiernos legítimamente establecidos -trumpistas que asaltan el Capitolio, caceroladas en el barrio de Salamanca...-, actuando como verdaderos antisistema, anteponiendo la libertad de sus negocios a la seguridad sanitaria.

 

PD: ya habíamos hablado de cómo las derechas se estaban haciendo fuertes, también en el plano simbólico y moral, en el post De la hipertrofia de derechas a izquierdas canijas

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