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viernes, 3 de febrero de 2017

Superfreaky memories y Canciones de amor y droga

En 2003 Albert Pla publica "Cançons d'amor i droga". Un homenaje póstumo al poeta, compositor y pintor Pepe Sales.
Tras una vida breve y tortuosa, Pepe Sales muere de sida a los 39 años (en 1994). Pero, antes de morir, dejó escritos unos 50 temas (bastante bestias por cierto) que fueron musicados por Albert Pla en catalán -y también algunos en castellano-.
Uno de esos temas es "Moro, moro" (en català) o "Nueva York" (en su traducción al castellano). Esta canción, bien podía relatar los últimos momentos de vida de Pepe Sales...

De Nueva York es originaria la banda "Luna", que se disolvió en 2005. Su canción "Superfreaky memories" (lanzada en 1999) , tan desconcertante como puedan serlo las de Albert Pla, es la base musical para la letra de "Moro, moro" o "Nueva York".

Well they're swapping pharmaceuticals in Mussolini Park
And they're wigglin' and wobbilin' and dozin' in the dark
And it's winter in New Jersey and it's Christmas in New York
With a giggle and a stare and a bottle and a cork
And Kristina took your photo with a needle and a spoon
But she said we got to hurry, cos her dad will be home soon
And these superfreaky memories have put me in my place
But then my superfreaky memories are gone without a trace


La verdad que ahora, con Spotify, se pierde bastante la localización de las bandas, puedes escuchar músicas de todas las partes del mundo...
Yo era, y soy, súper fan de Albert Pla, conozco todos sus temas. Quizá ya no lo escucho tan insistentemente como en mi juventud, pero lo sigo, y me gusta prácticamente todo lo que hace.
Por casualidad, un día, escuchando alguna lista de algún desconocido -o de las que genera Spotify-, comenzó a sonar "Superfreaky memories". Como estaba escuchando de fondo y no soy muy bueno con el inglés (tampoco con el catalán), en mi subsconsciente creía que la canción sonaba en "polaco"... todavía la sigo escuchando y me viene a la cabeza la que para mí es la original:

La teràpia de l'aigua
fa que suï sidral
i elimini toxines
amb lo cares que van
i babejo i babejo i babejo
i babejo i trec baba pel cap
i és la fi del martiri
i és la fi del deliri
és la cura a l'exili
què hem de fer a Budapest 


Y no es que me parezca mal que la gente use las creaciones de otro para las suyas propias. Tampoco me parece justo que haya que estar pagando continuamente a gente por el trabajo que hizo hace un montón de años, cuando la mayoría cobramos por trabajo hecho (y, a lo más, nos quedan 2 años de paro). Ni que haya que estar poniendo continuamente notas diciendo de dónde es este trozo y este otro (que al final hacen casi imposible centrarse en lo que uno está escuchando, viendo, leyendo...) Pero sí que reconozco que es muy útil cuando quieres profundizar, conocer las fuentes y, por ejemplo, seguir escuchando canciones esa la línea musical...

sábado, 28 de enero de 2012

La tercera cultura, la lucha entre: “ciencias” Vs “letras”. Y la tecnología

Después de leer un poco acerca de esta “tercera cultura”, le queda a uno la impresión de que no es más que el campo donde dirimen sus batallas los tradicionales dos ámbitos de las “letras”/“humanidades” y los “números”/“ciencias”.
Los dos luchan por alzarse con el reconocimiento de la sociedad como el valor más alto de la cultura. Todos quieren participar en el proceso de divulgación popular y, por supuesto, quieren que su área sea la más relevante.

Hubo un tiempo en que esta separación no existía, todo era Ciencia, saber, conocimiento acerca del Mundo. Con la invención de la escritura, el saber podía almacenarse y guardarse, con lo que este se ha ido incrementando generación tras generación, a lo largo de cientos de años. Y claro, ahora es imposible saberlo todo de todo, así que bajo el paradigma de “divide y vencerás”, las distintas ramas del conocimiento se han ido separando e independizando unas de otras. Hasta llegar a la situación actual, donde podemos distinguir dos grandes bloques: Las ciencias que versan sobre el mundo físico (lo que es así y no puede ser de otra manera) y las letras que lo hacen sobre la producción humana (lo elegible).
Los científicos reprochan a los humanistas el haberse apropiado durante siglos de la palabra “intelectual”, de tal manera que un científico no podía considerarse “culto” por no conocer a los clásicos: Aristóteles, Shakespeare, Cervantes... En cambio, un humanista podía considerarse muy culto sin tener ni idea de conceptos matemáticos.
Desde la otra perspectiva, los humanistas podrían reprochar a los científicos el haberse apropiado de la palabra “Ciencia”, de forma que su conocimiento no sería un conocimiento verdadero, porque no versa sobre el mundo físico, sino sobre productos del desarrollo humano en sociedad. Pero la literatura, la política, la antropología, la historia... hablan de la realidad, pasada o futura y, quizá, la única diferencia radica en la sistematización y precisión que se puede alcanzar en el ámbito de las humanidades y el de las ciencias.

El término de “la tercera cultura” fue acuñado por Charles Percy Snow. En su última obra al respecto vaticinaba el surgimiento de una tercera cultura que dialogaría con las otras dos... Pero esto no ocurrió. Y, en un efecto acción-reacción, lo que ha ocurrido es que desde el ámbito científico ha comenzado una labor divulgadora, de manera que, hoy día, podría decirse que el reconocimiento social es para el ámbito de la ciencia en detrimento de los humanistas. Así, numerosos científicos escriben libros para el público general con una amplia aceptación.

Uno no puede dejar de ver tintes materialistas en esta inversión de las tornas, que tampoco creo que sea tal. Más bien, lo que a ocurrido es que a partir de la revolución industrial, con la fabricación en serie, se han ido incorporado al hogar cada vez más complicados aparatos tecnológicos (coches, lavadoras, ordenadores, móviles...). Y estos nuevos aparatos no sólo han sido incorporados para satisfacer necesidades, sino que invaden además nuestro tiempo de ocio. Al ser productos de comercio mundial tienen enormes repercusiones en la economía y todos los inversores quieren estar al corriente de los diferentes avances en ciencia y tecnología. Creo que estos dos factores: la incorporación de la alta tecnología al hogar y la repercusión económica, son fundamentales en la revalorización de la cultura de las ciencias.

¿Qué valor puede tener la literatura frente a una película de ciencia-ficción 3D y 7 canales de audio envolvente? Porque en el cine y las demás artes también puede percibirse este interés creciente por las ciencias.

Por tanto, la profecía de Snow no se cumplió y los intelectuales de “letras” se han convertido en seres improductivos que se dedican a tareas de lo más freak. Sin embargo, las humanidades y la tecnología no son tan diferentes: ambas tienen como objeto de estudio alguna producción humana. En algún momento de la historia la tecnología dejó de ser meramente una herramienta de producción, de arte o de guerra y pasó al servicio de la ciencia, que la revistió con su halo de necesidad. Con lo que parece que la tecnología es así y no puede ser de otra manera, es la mejor posible. Cuando, realmente, es fruto de las elecciones humanas, de lo que han decidido investigar, conocer, de lo que se podía vender, lo que podía curar o lo que podía matar. Más tarde, la tecnología se incorporó al hogar, al ocio, y dejó de ser un medio para convertirse en un fin, la tecnología por la tecnología.

En el mundo del arte es reconocido que con el Impresionismo hubo una ruptura en lo que había sido la representación de la realidad, la “mímesis”. Quizá, en el mundo de la tecnología, ocurrió algo similar con la Revolución Industrial (curiosamente en la misma época), la producción en serie y los mercados globales. Fijando el concepto de progreso como desarrollo tecnológico y crecimiento económico. Obviamente las rupturas no son nunca tales, son siempre un proceso. Y tampoco ocurren rupturas de forma aleatoria, sino que suele haber fuertes interdependencias entre las diferentes áreas en las que, de forma artificiosa, los humanos hemos dividido el conocimiento. En este sentido, me parece que la tecnología y sus estudiosos, los ingenieros, podrían jugar un importante papel llenando el vacío entre el campo de las ciencias y las letras. Haciendo de mediadores e integradores, quizá construyendo esa tercera cultura de la que hablaba Snow, siempre y cuando consigamos vencer el prejuicio de las humanidades como algo improductivo y fuera de la realidad.
Algunos ya han dado este paso como Thomas Khun con su teoría de los “cambios de paradigma científico”. Un cambio de este tipo está enmarcado dentro de un contexto social e histórico y no puede ocurrir de forma abrupta por muy científicas que sean las pruebas.

Vivimos en una sociedad altamente especializada y, aún los que hemos dedicado muchos años a estudiar, tenemos enormes carencias en todo lo que se sale de nuestro ámbito. Aceptar esto es duro, así que preferimos refugiarnos en lo nuestro, que siempre es lo más difícil y mejor, restamos importancia a lo demás, incluso lo negamos:
«Soy una persona culta», se dicen, «y no puedo encontrarle sentido a esto. Por lo tanto tiene que ser absurdo.» - Paul Davies

Yo, lo único que he aprendido en estos años es que todo es susceptible de aprehenderse, que la dificultad la ponen la falta de tiempo, de información y de voluntad. Decir que lo que otros han hecho o piensan es absurdo, que no tiene sentido, que está mal... es la solución fácil. Echar por tierra el trabajo de los demás para que el propio cobre protagonismo es sólo un ejercicio de soberbia.


Claro que: yo soy de los que procuran no hacer nunca lo que deben y lo contrario de lo que le dicen.
 
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"Porque ¿qué son las ciencias sin su auxilio? Si las ciencias esclarecen el espíritu, la literatura le adorna; si aquéllas le enriquecen, ésta pule y avalora sus tesoros; las ciencias rectifican el juicio y le dan exactitud y firmeza; la literatura le da discernimiento y gusto y le hermosea y perfecciona." - Gaspar Melchor de Jovellanos, Sobre la necesidad de unir el estudio de la literatura al de las ciencias.