lunes, 20 de junio de 2016

Haber estudiado

Eres poca cosa,
estás desenfocado
"becoming a gost"...
Siempre rodeado de mierdecillas,
esas chorraditas
que se guardan en un cajón,

un cajón de sastre:
fotos,
dibujos,
poemas,
semillas,
drogas,
monedas...

En el ambiente se percibe:
Una total y absoluta falta de ambición.

Quizá son los hijos
lo más importante,
lo desplazan a uno al rincón oscuro,
al cuarto de escobas.

Y uno sabe lo que debe hacer,
no necesita ningún patrón,
ningún pastor.
Actúa por necesidad.
Todos los días manguera en mano,
apagando fuegos.

Yo creo en el esclavismo,
y en el gobierno de los más sabios,
de los que aprueban sus exámenes.
Pero también de los mercaderes y propietarios.
Los que se saben superiores:
los que emprenden y arriesgan,
los que lucen mucha jeta y escasa paciencia.

Los que con gesto serio señalan el deber
mientras avasallan con prisa y desprecio

a los otros:
los oprimidos, marginados,
sin títulos... sin papeles
¡Que hubiesen estudiado!

Concienzudamente filtras los argumentos
para legitimar tu estatus de mierda,
de mierdecilla...

domingo, 12 de junio de 2016

Fotografía e irrealidad

Los paisajes sin intervención humana suelen ser bellos. En raras ocasiones se actúa para potenciar aquellas características que, por uno u otro motivo, resultan llamativas: entonces se crean parques y jardines, se plantan árboles y arranca monte bajo... Como fotógrafos en busca de lo bizarro: Llenar la escena de objetos sorprendentes, desenfocar el fondo, centrar la atención en el motivo principal, lo relevante...
La fotografía es mentirosa, nos cuenta solo una parte de la verdad, la que le es útil para ligar su relato.
Hubo un tiempo en que pensaba la imagen como lo real, mientras las palabras, la música o los dibujos eran solo ensoñación. Miraba con recelo a toda esa gente que fotografía cada momento, cada escenario -¿Por qué no lo disfrutas sin más? - Luego lo escribes, lo dibujas, lo cuentas, lo cantas, sueñas... (si es que tienes tiempo para ello)

Hace algo más de un año que me regalaron una cámara (cansados de observar mis tímidos fracasos en la escritura y el dibujo) Ciertamente resulto espeso, feo... siempre quiero contar demasiadas cosas, me apresuro, me cuesta contener la imaginación y mantener la atención. Como un cuadro de El Bosco, pero con tonos más grises, líneas astilladas, quebradas... Así que empecé a hacer fotografías, que se ajustan más a la realidad, a la objetiva realidad.
Entonces todos decían que me centraba mucho en los paisajes, plantas y animales. Que dejaba de lado el retrato... Y es que todos queremos vernos retratados: Parecer exóticos, juveniles, guapos, divertidos, interesantes, oscuros... Aquello que no ven las subjetivas realidades. Aquello que nos gustaría ser pero que las circunstancias, la opresión, no nos deja...

Así empecé a repetir los mismos patrones: demasiada información, saturación, color, sombras, contraste... Todo se retoca en el revelado, todo debe ajustarse a un fin: Publicitar, emocionar, afilar...
Aquello de real tenía poco. Y empecé a pensar que dentro de lo limitado de mis habilidades técnicas, tenía un estilo propio, un estilo que resultaba un tanto repulsivo, incomprensible.
Sería la introversión?: Que terminó por volverme ajeno a los demás...


Como la araña que teje su nido entre los pétalos rosas de la jara blanca... Con la firme paciencia de que algún apetitoso insecto se enrede entre sus telas. En el sofocante ambiente de irrealidad de un mediodía de Junio.


"Fotografiamos para preservar el andamiaje de nuestra mitología personal" - Fontcuberta, Joan - El beso de Judas. Fotografía y verdad