lunes, 18 de diciembre de 2006

Puta Navidad

Sentimiento de culpa, emborracharse y caer en la cuenta que la retención de mierda ha comenzado, otra vez. -¿Te acuerdas de lo que ocurrió la última vez que cambiaste el pañal?

Sí, la culpa es de la sociedad. Miro la televisión y entre anuncios navideños, que invitan al consumo y vigorizan el capitalismo, aparece un grupo de gente que dice ser más feliz cuanto menos sabe necesitar -Hippys medio locos y endrogaos-. Lo dicen en un clima cálido, rodeados de aguas transparentes y paisaje mediterráneo.

Y yo me siento sucio, no quiero esos objetos que los anuncios hacen tan apetecibles. Y no quiero su obscena pornografía, ni su filosofía de "todo tiene un precio", y su "no hay trabajo desonesto si es por dinero".

La navidad es una época odiosa, lo saben hasta los buenos cristianos. ¡Este año no compro regalos! ¡Este año me emborracho y me cebo con marisco, hasta que no me riegue el cerebro!
Sublimar, el odio hacia mí mismo, en odio social. Cuántas absurdas tareas desempeño. Cuánto me esfuerzo en ser un chico bueno.
A veces, se borra de mi memoria:

"Amar, amar, que es lo importante
y dejaros en paz de gilipolleces.
Sí, es verdad, las drogas están muy bien... Pero
AMAR, amar que es lo importante."

"Lo malo no es el kapitalismo, lo malo es el consumo exacerbado al que conduce".


Iba a hacerlo, he salido a comprar regalos, incluso he entrado en una tienda. Pero todo resultaba demasiado impersonal. La dependienta y yo sabíamos que había entrado allí para comprar un regalo, no es que necesitara nada. Eso convierte la compra en algo estúpido, vacío, fútil. No he comprado nada, y mientras miraba los escaparates de otras tiendas, iba masticando ese pensamiento que se había hecho una bola en mi cabeza. “Comprar por comprar” “No lo necesito, no lo quiero, no trabajo para eso”.

Veía a infinidad de personas con bolsas en la mano -¡Qué derroche de plásticos y papel de regalos! ¡Cuánta lucecita y papanoel! ¡Qué estúpido gasto de energía!- Y yo me pregunto: ¿Si ya lo tenemos todo, para qué regalar? ¿Por qué hay tantos días en que hay que regalar cosas? ¿Por qué no hay un día o una época de recogimiento, de austeridad?

Verdaderamente, me he sentido mal por querer comprar regalos, y después, por no haberlo hecho. Porque quiero ser como los demás, quiero estar en el calor del rebaño, no quiero que me traten de marginal. ¡Y si todos regalan, yo también regalar! Pero la Navidad, la del Corte Inglés y cualquier entidad comercial, es algo que me cuesta mucho tragar.

He entrado en una biblioteca, me he llevado unos libros y una peli (que pienso devolver dentro de plazo). Y he pensado: “Joder! Qué baratas son las cosas grandes”. Me he sentido mucho mejor.

domingo, 3 de diciembre de 2006

Momento

Vives pendiente de la hora...
la mirada perdida en el segundero,
paralizado, mientras la vida se escapa,
en espera del acto absurdo,
que ponga en marcha el Mundo.

Nada tiene sentido en soledad,
mejor dejar la cabeza vacía
que perderse en absurdas fantasías
o fraguarse un infierno de ansiedad.

Todo en calma...
menos los ruidos de siempre.
De fondo, la ciudad.
En la mente,
el lugar donde nunca estás.

Es la vida moderna
fuera del hogar.
Sin leche materna,
sin conflicto filial.

Y los amigos ¿dónde están?
¿Y el amor?
Perdidos en otra gran ciudad.

Las raíces quedaron lejos
porque entre viga y cemento
asienta mejor el tronco seco
que un hombre lleno de anhelos.

Atrapado en una selva de metal,
en esa entelequia, llamada bienestar.
Todo se vuelve trabajar.
Nada vale nada, en la gran ciudad.

viernes, 24 de noviembre de 2006

Mal



Un saco lleno de miedo era todo lo que poseía. Pintado con caritas sonrientes. Excepto cuando se abría, entonces todas comenzaban a chillar, como si no les quedase aire para respirar. Y todo alrededor se nublaba en una gran oscilación, el espacio se expandía y replegaba, el tiempo se estiraba más y más. Al cerrar el saco, las caras sonrientes, pero nada seguía igual, el Mundo se había transformado, se habían abierto dos caminos paralelos, uno con saco sonriente y otro con saco lleno de miedo.

Siempre le tocaba vivir con el miedo, esos indígenas caníbales le seguían a todas partes, a la oficina, a casa, al parque... Querían su sangre, se la robaban por las noches cuando, por descuido, daba una cabezada. Acudían envueltos en batas verdes, como enfermeros de quirófano. Sus herramientas eran jeringuillas, sondas, bisturís y extraños aparatos que no llegaba a reconocer porque, cuando despertaba, se esfumaban tan rápidamente que ni tan siquiera sabía si habían estado allí. Pero las incisiones, los agujeros, los restos de sangre, sí permanecían.

Cada momento más cadáver, aunque, desde que descubrió el saco no sabía si pasaba el tiempo. Siempre era el mismo día, el día sin sueño, el día del saco abierto. La extraña televisión repitiendo una y otra vez esa odiosa película porno. Culos taladrados, eyaculaciones en la boca y enormes aparatos de plástico embadurnados en vaselina. Le dejaba al borde de la arcada, la violencia y el deseo sexual. Conocía todas las escenas, y no podía apartar la mirada de la extraña caja en que se proyectaban las imágenes.

domingo, 29 de octubre de 2006

¡No podéis encadenar a un animal salvaje!


Resulta que mis artistas preferidos podrían perfectamente ser personas al límite de la esquizofrenia. Pudiera ser que yo no fuese tan inteligente como me atribuyo, que sólo estuviese al borde de la locura, que me refugiase en mis fantasías y extrañas ideas, sólo para compensar el miedo y la tensión que me producen las relaciones cercanas.

Inadaptado, una antena de 100 ohmios, enchufada a una línea de 50. Todo se disipa en mí, albergo una enorme cantidad de potencia que no va a ningún lugar. Me resulta difícil traducir a alguna técnica expresiva las quimeras producto de mi mente enferma.

Soy mi propia obra, un artista de lo inconcebible. Un ingeniero de proyectos absurdos.
¿Cómo explicar si no esta relación de amor-odio con las drogas? ¿Cómo, si no es para huir de mí y de lo que me rodea?
¿Y el Amor? Si no tengo Amor no tengo nada. Si no tengo Amor sólo soy un bote de conservas vacío. Y aún teniendo Amor, quedan huecos que tapar con otros sentimientos y aficiones. Amor con sexo, la perfecta adaptación, para radiar al medio lo mejor de los seres humanos.
¡QUE NADIE ME PIDA!
Que nadie me pida que difunda las bondades de mi carrera. Que nadie me pida que enaltezca a aquellos profesores que creen ser mejores cuando suspenden al mayor porcentaje de gente! Que no piensen que soy partidario de un sistema de enseñanza ineficiente, que sólo entrena para tener un ojete más abierto, por donde penetren todo tipo de explotaciones mercantiles. Que nadie piense que defiendo teorías fascistas o Darwinistas en lo que a educación se refiere.

Si la pregunta es, si soy feliz? Me veré obligado a responder que la mayor parte del tiempo lo soy. Pero a menudo me enferman las injusticias y desigualdades de este mundo que tan mal hemos modelado. Si Dios hubiese existido no nos habría puesto en el planeta para destruir su obra. Somos los dueños de la creación pero no tenemos ni puta idea de nada.
Asisto como observador impasible a la degradación del hombre por el hombre, y esa es la única fuente de dolor que mina mi felicidad.
Me gusta la canción protesta, los textos subversivos, las películas oníricas, la gente que habla sin miedo a equivocarse pero consciente de su falibilidad.
Odio a los que mienten, a los que se sienten superiores y desprecian lo que no comprenden, a los oradores, publicistas, políticos, a todo aquel parásito que trata de elevarse aplastando a la masa informe, apoyándose en la población media, o en cualquiera que caiga bajo su pie.
Prefiero estar ocupado, desarrollar actividades que me hacen feliz, actividades productivas, al menos para mí. Crear, escribir palabras bonitas, dibujar, leer, aprender, investigar, hacer deporte... A veces me sorprendo malgastando mi tiempo en formas autodestructivas, pero es que aún no he aprendido a controlar del todo la ociosidad.
Ya no hago apología de las drogas, pero hay momentos en que uno necesita su pequeña dosis de muerte.
Y todas mis ensoñaciones consisten en echarme al monte, aullar en noches despejadas, a la luna llena, sobre una roca junto a una charca al borde de un viejo hayedo, vagar por montañas donde nunca haya pisado el hombre. Olisquear el culo a mi amada y montarla por detrás, criar una camada de lobos hombres que sólo cacen por necesidad.

sábado, 7 de octubre de 2006

Contra el progreso

En verdad que todo da igual,
somos infantiles, sin imaginación,
todo nos lo dan hecho, hasta los sueños.
El plan de vida está trazado
desde antes del nacimiento.

Vivimos realidades virtuales.
Asfixiados por hipotecas
y muchas otras entelequias,
argucias banqueras
que fomentan desigualdades.

Y no falta quien dice:
-Somos bajos y miserables.
-Ni oídos sordos a palabras hábiles.

Denuncias y contradenuncias.
Hambre y riqueza
en la misma acera.
Cartones en portales
de ricos mármoles.

Palabras mezquinas, infectadas,
oídos puestos, de vidas privadas.

Científicos pergeñando complicados teoremas
para que la masa aborregada no necesite saber nada.
Tecnología y beneficio sustentados
por cerebros lobotomizados.

Estómagos hinchados,
selvas rapadas,
incendios, huracanes y tornados,
especies exterminadas.
Hidrocarburos que se agotan
y una atmósfera opaca
diciendo: -¡El Mundo explota!

Revolución

Antes tenía grandes secretos que guardar, creía firmemente que mis diarios estaban llenos de pensamientos que nunca nadie debía leer. Ahora no me interesan ni a mí. Hace años que no los miro y empiezo a pensar que sólo eran el fruto de la rabia y la impotencia de un adolescente que intentaba comerse el Mundo, pero que en cada bocanada sólo engullía vacío.
Y ahora, ved, soy un hombre con las tonterías de un niño, he cesado en el intento de comportarme como un adulto. No me revelo contra las normas, me basta con eludirlas. Otro mundo es posible, pero no será a causa de una revolución, porque la sociedad está apalancada en un Estado de Putrestar que adormece y banaliza las mentes. La revolución se producirá en cada rincón de la Tierra, el día que el Planeta diga que no aguanta más a estos parásitos humanos que se le han subido a la chepa y no le dejan ni respirar.
Con suerte los cambios vendrán desde arriba, pero no desde los Gobiernos. Vendrá de las grandes empresas, cuando las mentes responsables se empapen con las nuevas teorías económicas y se olviden de la mezquindad humana. Los Gobiernos están enredados en su propia burocracia y en su empeño por arrancar votos de una masa aborregada de gente, a la que tampoco interesa despertar de su letargo.
La democracia es un fracaso y sólo se mantiene por el liberalismo económico del que ha ido acompañada. El poder sigue concentrado en unas cuantas personas. El único avance en libertades es que ya no hay presos políticos, ni penas de muerte. En teoría, tenemos libertad de expresión, pero con las cosas que se dicen por los medios de comunicación, esta libertad no creo que haya enriquecido a la humanidad. Por otro lado el Estado no deja de inmiscuirse en asuntos morales y privados de las personas: grabar con mayores impuestos los productos que considera malignos o incluso prohibirlos, decidir sobre lo que se ha de enseñar a nuestros hijos, elegir la religión oficial... y en general prohibir o fomentar, intentando atraer la atención del grupo de votantes más activo.
El Estado debería existir para corregir fallos de mercado, garantizar la justicia y la libertad de sus ciudadanos, para proporcionar servicios que ninguna empresa privada esté dispuesta a prestar y para garantizar la seguridad.
Viendo como están las cosas por los países demócratas, gusta ver como Cuba resiste al mundo moderno, al menos hasta la muerte de Fidel. Hasta que unas elecciones democráticas pongan en le poder a algún dictador elegido por la mayoría y se abran las puertas al capitalismo que ofrezca bienes de consumo a cambio de ignorancia y superficialidad, como estos pensamientos que no profundizan en nada.

viernes, 22 de septiembre de 2006

Toros?


Me gustan los toros, me gusta cuando pastan libres en el campo y cuando se desangran llenos de rabia en el ruedo. Los toreros, los buenos toreros y los banderilleros, artistas que se enfrentan al miedo, que ignoran el peligro, se entregan a su tarea.
El oficio del matador. Sangre, miedo, crueldad, habilidad, estética, tradición, superstición, técnica, arena, calor ...

¿Qué se puede hacer cuando un animal de 500 kg. de peso se lanza hacia ti, herido, lleno de ira? ¿Qué vas a hacer sino correr? Correr en línea recta, presa del pánico, buscando la barrera.

Yo no puedo ser torero, yo no valgo para matar toros, igual que no valgo para hacer cine. Son cosas que se llevan dentro, es la impotencia escupida en actos bellos y crueles.

Los picadores no me gustan. ¡Cómo se atreven a humillar así al pobre caballo! ¡Qué se les subiesen encima! Y pinchar al toro desde la seguridad que da la altura de una buena montura. Yo me alegro cuando caen al ruedo, desde luego son los malos de la puesta en escena. Un Sanchopanza mezquino, apuñalador de espaldas, haciendo de Don Quijote con su lanza. Y mientras tanto Rocinante que no se entera de nada.

Es un juego cruel, como el mundo en que vivimos. Cruel y mortal.

Un chaval joven, lanzándose con furia a la grupa de ese gran animal lleno de sangre y cuernos, con su espadita de esgrima. ¿Qué se siente al terminar con la vida de un animal con el que has estado interpretando un baile de muerte?

La tauromaquia es España, pero no sólo eso, es la naturaleza humana, disfrazada con los colores de la Fiesta Nacional.

No quiero que prohíban los toros, ni las peleas de gallos, ni el tabaco, ni la marihuana ...
Las peleas de perros no me gustan, pero sí el boxeo, así de arbitraria es la irracionalidad.

Yo no quiero esta mierda de democracia que nos hace a todos iguales, que pisotea y extermina cualquier disconformidad y criminaliza a las minorías.
Humanizar a los animales, deshumanizar a los hombres pobres. Este es un planeta basurero, donde unos cuantos marcan el ritmo y todos somos responsables y esclavos de nosotros mismos.
... “el poder de los pueblos sobre sí mismos” de que se habla, no es el gobierno de cada uno por sí, sino el gobierno de cada uno por los demás...


Nos hemos encabezonado en que el poder emane del pueblo, y nos sometemos a nuestra propia tiranía, quizá deberíamos poner más esfuerzos en limitar el poder de los gobiernos. O limitar el poder sin más.

Y si matar toros es de pueblos incultos y bárbaros, también lo es limitar las libertades de un colectivo por el antojo del 51%.

miércoles, 13 de septiembre de 2006

Cogiendo altura

subiendo al Cornón en Somiedo
“Si has decidido confiar, entonces confía.”

No hay nada más fácil que recibir órdenes.
Lo complicado de esta vida, es evaluar las situaciones, los contextos, recabar información, tomar una decisión basándose en criterios propios, asumir las consecuencias. ¡Eso es lo difícil! Requiere esfuerzo, empuje, valor. Tres cosas que algunos nunca poseen y otros sólo en ocasiones esporádicas.

Una solución intermedia, o de compromiso, es: tomar una decisión y mantenerse fiel a ella, confiar en la suerte, la intuición. Dejar de lado la parte que requiere más esfuerzo, lanzarse al vacío y con pulso firme y cabezonería llegar a puerto.

La opción peor, la óptima y la intermedia. Entre ellas mil rangos de colores. La vida tiene muchas formas, muchas variables... A menudo olvidamos esa gran variedad, nos aferramos al esquema simplificado que todos creamos en nuestra cabeza y nos convertimos en mentes cuadriculadas. Nos volvemos reacios a todo aquello que se sale del garabato en que hemos sintetizado todo lo que nos rodea.

Como el Mundo nos desborda, delegamos funciones. Dejamos que nos gobiernen, que nos prohíban, que nos eduquen, que nos moralicen... Y así nos convertimos en extranjeros de nosotros mismos, nadando contracorriente en aguas de indiferencia, en conflictos sin importancia.

Nos guían personas que dicen que saben y, en lugar de revelar sus fuentes, la envuelven en una jerga ininteligible. Y en los medios de comunicación, sólo nubes de humo, sólo predicadores que buscan nuevos fieles. Cada vez un primer mundo más superfluo, más impregnado de cosas vanas.

“¿Dónde están las únicas verdades! Por aquí no andan. Si acaso en vez en cuando pasan como tormentas de verano por mis asquerosos pensamientos.”

lunes, 24 de julio de 2006

Confusion


Porque Pancho no sabía que le ocurría, no sabía quién era ese tío tan raro que le contaba historias absurdas de adolescentes. No comprendía cómo un tío tan viejo y tan feo podía ver la noche con la mirada de un niño que acaba de descubrir los vicios de los adultos. Pero le escuchaba... y cierta curiosidad prendía mecha en su pecho.
No entendía cómo había llegado a ese bar, no sabía dónde estaban sus amigos y... ¿Por qué estaba tan borracho? Ese comportamiento no es el propio de una persona de su condición. Las personas deben comportarse de acuerdo a lo que se espera de ellas, si quieren ser comprendidas. No existe la incomprensión, sólo aquellos que se empeñan en comportarse de manera estrambótica.
Había tomado drogas -y mucho alcohol-, estaba en fase decadente y destructiva, ya sólo el aguante de su cuerpo y el cóctel de sustancias ingeridas eran los dueños de su destino. Observaba a las chicas con obsesión y cierto vacío en la mirada. Y aquél tío comiéndole la oreja...

Cuando despertó, no quería mirar a su alrededor ¿Cómo había llegado allí? Aquello no era su casa, olía bastante mal, a cuarto de baño con humedad, mal ventilado y sucio.
-No vuelvo a beber, no me sienta bien, es malo para mi salud y para mis relaciones con los demás. –Y su voz sonaba a borrachera, a noche de descontrol y juego perdido-.
Abrió los ojos: definitivamente aquello no era su casa, en la habitación no había nadie, y tampoco se oían voces. ¿Era la casa del desconocido que le habló en el bar? No conseguía recordar cómo había llegado allí.

martes, 18 de julio de 2006

Pesadilla

¡Miras por dentro de mí! ¡Te he descubierto! Y la verdad es... que no te entiendo. ¿Qué esperas encontrar? No hay más de lo que ves, así de simple es la historia. Podrás seguir haciendo estúpidas suposiciones y seguirás siendo igual de ignorante, en tu búsqueda de personas de tu misma condición.
Y me desperté, ¡por fin! De esta pesadilla. Me desperté empapado en sudor, envuelto en un olor como a patata podrida. Te vi junto a mí, y no comprendía como podías emanar tanto calor, ni ese hedor tuyo, que asfixiaba hasta los calcetines sucios junto a la cama. Ahora comprenderás porqué me fui, porqué no dejé ni una insignificante nota. Ahora sabes que tipo de psicótico soy, ahora no puedes mirar por dentro de mí. Te lo dije, no hay dentro ni fuera, sólo un cúmulo de sensaciones y circunstancias.
Bajé la escalera, ansiando una bocanada de aire fresco mientras me atormentaba por mi huida cobarde. Nunca conseguí no castigarme por tomar una decisión y dejar otra de lado. Es parte de mí, toda alegría me supone un gran dolor. La brisa de la mañana azotó mi rostro, el aire era tan limpio, tan libre... No quería volver a tu sucio agujero, aunque debiera, aunque me torturase por ello toda la vida. Quería ser del aire, de aire.
Caminé calle arriba, calle abajo. Todo se volvía color, cantos de pájaros, frondosos árboles agitados por el viento, calles semidesiertas... ¡Y qué temperatura! Una temperatura ideal, no podía existir un mejor ambiente, si hasta el sol parecía refrescante cuando impactaba de lleno en la piel. De repente quería vivir, quería hacer un montón de cosas, ya no me acordaba de ti, me sentía feliz.
Olvidé, empecé una nueva vida. Y ayer, encontré uno de nuestros recuerdos, en un polvoriento cajón. Y me alegré de haber huido, porque nunca sentí pena por abandonarte, aún me repugna el recuerdo de tu olor. No es crueldad, sólo la satisfacción ante una firme decisión.

miércoles, 14 de junio de 2006

se acabó

Y yo me pregunto... ¿y yo quién soy? ¿Por qué tengo tan mal humor? ¿Se me han olvidado las cosas bonitas? Sólo veo sexo y violencia, eso es todo lo que percibo a mi alrededor. Y gente que le gusta molestar, gente egoísta que no piensa en si molesta.
Antes, creo, existían árboles, animales... biodiversidad. Ahora sólo hay castaños, palmeras, gorriones y palomas.

- No sé, no sé, David, lo que quiero: - ¡Dímelo tú, que tanto estudias, que tanto parece que sabes! - ¿No será que no sabes nada?
- Las cosas, ya no van a dar un quiebro inesperado, va a ser así siempre, no te quepa duda: gente que pasa hambre y tú atiborrándote de indiferencia.

No creo que nunca vuelva a dormir tranquilo. El sueño profundo es un privilegio de los limpios de conciencia, y yo no tengo más que mierda que rebosa hasta por las orejas. Me merezco un tumor, y si no me lo merezco lo tendré igual, porque el aire que respiro es insano, porque me empeño en recorrer siempre los caminos mas infectados. ¿Donde está la droga cuando se la necesita? ¿Esos martillazos de alcohol que clavaba en mi conciencia? Por fuerza, me he vuelto un chico responsable, aquello que pronostiqué ocurriría a los 18 años. Bueno, ha llegado algo más tarde. Y ahora que soy responsable, soy peor persona, o puede que la mayor parte del tiempo no sea una persona, sólo un mecanismo que hace lo que debe.
-¡Se acabó!

domingo, 11 de junio de 2006

Entrenando para factor social enajenado

¿Sería posible una organización no represiva del trabajo?
El trabajo como ideal moral. La moral como herramienta de represión instintiva, el pecado original. La organización en torno a la escasez. La competitividad, la productividad, la eficacia... Herramientas que acrecientan el sentimiento de culpa, que nos alejan de la felicidad.
Entender el trabajo como los artistas, crear por el mero placer de crear, no como una obligación para la supervivencia.

Pero farfullas gilipoyeces, ffgsrst..... Y yo te doy por culo con mis desgracias, toma! toma!..
¿Sabes que es un zoo? Es un lugar donde unos cuantos animales afortunados viven sin dar palo al agua, en su pisito bien comunicado, sólo se dedican a vegetar en sus habitáculos, sin cazar, ni preocuparse por el alimento. ¡Eso es vida? y no esta puta mierda! Creemos que podemos ir a cualquier lugar, pero no tenemos ni idea de donde estamos. Y esos pobres animales que pastan libres en el campo, ¿qué pensarán? ¿Cuál es el precio de la comodidad? ¿y el de la libertad?

Ya no quiero ná, ni trabajo represivo ni sin represivo. Ya no quiero nada de la humanidad, ahora soy un antisocial!

domingo, 14 de mayo de 2006

Vida?

Lo llaman vida, pero se esconde tras un manto de muerte. Lo llaman vida pero nadie sabe lo que llama.

No es el impulso por dejarlo todo atrás, ni sacrificar el presente para labrar un futuro mejor. No es salir por la noche y fundirse entre una masa informe de extraños. Ni ahogar los instintos entre toda clase de drogas. No es follar con desconocidos, no son los coches caros, viajar, humillar a la gente, la fama, el prestigio, o el reconocimiento. No es la adquisición sistemática de conocimiento, ni vaciar la mente para llenarla de cosas vanas, alegres, interesantes, emotivas. No es mirar para otro lado cuando ocurre una desgracia, ni cargar a las espaldas todos los males del Mundo. No es un ideal imposible de alcanzar.

Es disfrutar cada instante, que cada sacrificio sea realizado sólo para obtener un placer mayor. Es amar, desear, ... Es tener consciencia de uno mismo y de los demás.

Que no te vendan la moto, no te dejes engañar. Porque lo fácil es dejarse llevar, acabar enredado en una maraña de obligaciones, compromisos, prejuicios y sentimientos de culpa, que acaban asfixiando a las personas y haciéndolas presas de un Estado de falsa escasez, cargado de represión excedente, fruto de una Historia mal contada y mejor olvidada.

No busques un modelo, porque los moldes no existen. Sólo existen los encasilladores, los que imponen su visión simplificada del mundo y a golpe de gritos, repeticiones y torturas mayores, graban en tu cabeza que la vida es dinero, que hay que destruir para crear, y la felicidad se alcanza trepando a lo más alto de la escala social. Enajenado, solo y rodeado de gente. Que no te atornillen un concepto que no va contigo, que no te hagan envidiar lo que no deseas.

Y se aíslan en una torre de marfil, y se flagelan ante cada oleada de sus instintos más sinceros. A latigazos de culpa acaban con todo vestigio de humanidad y, habiendo alcanzado un estado de semi-muerte, lo llaman vida, y lo venden como ideal, que nunca alcanzarás.

¡Pero mírame, soy un ser de amor, de un amor de verdad, de un amor carnal! “Y esta lágrima azul que corre por mi mejilla es con mucho lo mejor, quizá lo único cierto.”

sábado, 22 de abril de 2006

ODIO

Sonriendo, me has mirado a los ojos.
Has dicho: Te quiero.
No pude soportar la ondulación de tus labios,
tan sensual, tan mintiendo,...
Con furia, una flema verde en tu rostro.
Te odio.

Y yo mismo me espanto, de mi forma de odiar.
Yo, que tanto amé, que inundé el mundo de paz.
Ateo, de ti y de tus besos.
¡No más indiferencia!
¡Libertad para los presos!

Desde niño, atado a ti.
De mayor, a dentelladas.
No más religión para mí.
No más represión acumulada.

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Y lo llaman Democracia
y se les llena la boca
y el Mundo lleno de desgracias.
Y la avaricia se vuelve loca,
en busca del oro negro,
materias primas, droga, ...
amasar fortunas,... dinero y más dinero.

Familias rotas,
pueblos abandonados,
trabajo y más trabajo,
bienes-inmuebles,
la ley del más fuerte.

Otra vez invitado a odiar,
otra vez enredado en la Fé
de gente ignorante y sucia,
de gente que nunca sacia su sed.

domingo, 2 de abril de 2006

¡Mierda!, ¡qué mierda más gorda!

Cada vez que vuelvo del pueblo se me aparece Madrid más lleno de mierda, voy a tener que dejar de ir y afrontar que mi vida ha de ser miserable. He de asumir que soy una rata de ciudad, que nunca más volveré a trabajar la tierra, que no alimentaré a dóciles animales, que los pueblos y el campo serán para mí meros parques de atracciones, lugares donde invertir parte de mi tiempo de ocio. Soy un emigrante, pero no soy negro, ni gitano, ni sudamericano, ni marroquí,… ¡Qué duro debe ser abandonar el país de origen, el hogar,…! Para venir a una gran ciudad y perder tu identidad, ser un número más, estar solo entre la multitud.
-Yo de mayor quiero ser ingeniero (niño estúpido). –Yo ya soy mayor y quiero ser asesino, y acabar con este mundo de estiércol, con el progreso y la humanidad. ¡Quiero mi identidad!, mi árbol de familia, mis vecinos y la casa de mi tatarabuelo. Quiero que me señalen al pasar, que me saluden, que cuchicheen a mis espaldas, quiero ser visible, no indiferente.
Cultivo y mimo mi odio a la ciudad, día a día, mes a mes. Odio tanto sinsentido, tanta masificación y pido a gritos escapar de la multitud, ser diferente y conocido, quiero ser la muestra errónea de las estadísticas, quiero ser parte del censo con nombre y apellidos. Y puesto a pedir, también quiero ser libre, que legalicen las drogas, y que todo el mundo folle mucho, que “el problema está en que la gente folla poco y mal, y falta amor, mucho amor”.
Soy un hombre de pueblo, y no de un pueblo cualquiera, de un pueblo de la provincia de Badajoz, se llama Herrera del Duque. Y no entiendo por qué sin razón he despertado en esta sucia y hedionda ciudad donde no se me ha perdido nada, donde lo único que hago es tragar humos que no van conmigo, que no son de mi cigarrillo, de mi porrillo,... Todo por un título, por un papel que me acredite ante la sociedad, ante unos individuos que piensan en mí como un número más.
¡Cuánta miseria por un puñado de euros, por un sueño mal vendido, por un sueldo digno, por un Estado de bienestar!

domingo, 12 de marzo de 2006

Un día gris de solecito y calor

La felicidad no es real.
La felicidad es un instante,
se alcanza esquivando los malos tragos,
atravesándolos, matándolos.

La felicidad puede ser llorar,
o reir, incluso la soledad.
Es sólo un estado mental,
no es algo que puedas ver o tocar.

La tristeza, el dolor
las ganas de acabar con tó.
Un grito sordo,
una lágrima en el folio.

Una noche de feria,
una ralla de coca,
dos coches que chocan …
eso son cosas serias.

La felicidad no se puede alcanzar
y cuando llega, no la sabemos tratar.
La tristeza es más fácil… sólo hay que aguantar.

sábado, 11 de marzo de 2006

Mi novia, mi pueblo

Me gusta mi novia, me gusta mi pueblo, me gustan las pequeñas cosas que no se valoran en estos tiempos salvajes y civilizados.
¿Nunca has subido al Castillo de Herrera del duque? No has visto la eternidad, no has mirado por encima de las nubes, ni has pensado: ¡qué diminutos se ven los coches!
¿Nunca has paseado con mi novia por el camino del Puente Viejo y has pensado cómo es posible tanta tranquilidad? Y nunca lo harás porque mi novia es mía, tendrás que buscar a otra.
¿No has estado en Consolación la noche antes de Jubileo? Entonces no sabes cuanto vicio hay en mi pueblo, no sabes lo borracho que puedes llegar a estar y lo poco que puede llegar a importar.
¡No has visto sus carnavales, no has escuchado las murgas y estudiantinas, no has visto cómo se meten con el señor alcalde! ¿Y crees que eres feliz?
En mi pueblo hay furtivos, los cazadores vienen de la Capital y tienen mucho dinero.
En mi pueblo hay gente que día a día muere, se deja la vida en los bares, hay gente feliz y gente que sufre, gente rica y gente pobre,… Todos conviven, todo el mundo tiene una opinión sobre todo el mundo, algunos se caen bien, otros mal, unos se desaprueban y otros son ejemplo a seguir. Es un ambiente duro, porque es una tierra Extrema y Dura, las personas son ásperas, encostradas,… En mi pueblo hay diversidad (de opinión, de estatura, de apariencia, de todo) y eso es lo mejor que te puedes encontrar.
Si no has visto nada de esto aun no has comprendido que la vida es solo un juego, una broma macabra, una cabra de goma.

martes, 7 de marzo de 2006

Niñ@s con tareas de adult@s

Capaces de desempeñar tareas complejas, pero socialmente son niños.
Esta es una de las muchas interesantes ideas que trata el libro "Un mundo feliz" de Aldoux Huxley.
Científicos super inteligentes, frikis, ... capaces de entender teorías muy complicadas, capaces de integrar todo tipo de tecnología, pero incapaces de sentir como un adulto. Viven felices en sus números, sus ordenadores, guiados por impulsos infantiles (dame eso, quiero lo otro, ...) Convencidos hasta la médula de que ser inteligentes y ejecutar tareas extremadamente complicadas es lo único bueno, lo ético, lo mejor para ellos y para la humanidad. No conocen el descontento, el odio, la frustración, la compasión o la autodestrucción. Son la burguesía y no desearían ser otra cosa.

domingo, 15 de enero de 2006

Soy un pringao


Soy un estudiante modelo, además en mis horas libres trabajo por un miserable sueldo. No me gusta salir por ahí: -¡Son tan aburridas las historias de la gente!-. Además tengo novia y me consta que me pone los cuernos. En mi familia nadie apuesta por mí: -Dejadle que estudie, así no estorba en el negocio.
Por las noches soy el último mono, estoy sin estar, de eso se aprovechan: - Ves y llama a este, y de paso me traes unas chuches y me dices que está haciendo Fulana.- Mi vida no tiene sentido para mí, y los demás le buscan una utilidad para ellos.
Eso sí, soy muy inteligente, descompongo cualquier cifra en sus números primos, descifro código con sólo echar un vistazo, memorizo cualquier texto, nombres, cifras, … Se me rifan las grandes empresas. Me expreso en varios idiomas, no voto ni a la izquierda ni a la derecha, soy de centro, no se me pasa ni un cumpleaños y lo poco que ahorro se me va en regalos.
Cumplo todas las leyes, voy a misa todos los domingos, leo muchos libros, veo los documentales de la 2, domino los juegos de estrategia, no fumo, no bebo, hago deporte, y sin embargo no soy feliz, ni infeliz, no soy nada. Trato de poner entusiasmo en todo, pero es mera fachada, todo me da igual, hago lo que me dicen o lo que tengo que hacer. Sin ilusión camino por la vida pidiendo a gritos una muerte digna.

sábado, 14 de enero de 2006

Soy un revelde


Soy un revelde sin causa, vivo fuera de la ley, hago lo que me sale de los cojones y mis cojones son muy ingeniosos. Me cago en el Estado, la Monarquía, la Iglesia, las Universidades, las grandes empresas, las medianas, las pequeñas, y en todos los funcionarios de este mundo hecho a la medida de unos pocos. Soy la piedra en el zapato, atento contra el Sistema, tengo ese cruel defecto pero, en fin, nadie es perfecto. Me cago en los muertos de todos los que quieren ser dueños de mi destino. Soy un macarra, soy un ortera, voy a toda ostia por la carretera. Me gusta asustar a las viejecitas con mis pelajos mal peinaos, amenazarles con mi jeringuilla: -¡La pasta o te pincho, vieja del demoño!
El mundo me ha hecho así, porque nadie me ha tratado nunca con amor, porque nadie me ha querido nunca oír. Ahora soy un antisocial, un psicótico, y odio cualquier avance de eso que llaman humanidad. No creo en las jerarquías, yo soy mi propia Patria, yo soy el guionista de mi única novela, soy un barco pirata y si no llevas bandera amiga ten cuidado, porque con mis veinte cañones por banda puedo hundir hasta la isla Perejil.
Además soy un degenerao, un animal caliente, y tengo la picha más pelá que un mono. Me encanta hacerme pajas en los retretes públicos, poner comentarios obscenos en las puertas, llevarme los rollos de papel a casa.
El mundo está lleno de mamones que esperan que haga lo correcto, con la excusa de que es lo mejor para todos, porque es la única manera de seguir viviendo en esta vida de alegría y de ilusión. Que les follen, que les den polculo a todos, que me quieren hacer vivir en un ataud.
Y que conste que sé que revelde es con “b”, tengo mis propias normas de ortografía y la b y la v suenan igual.

sábado, 7 de enero de 2006

Para tí que eres joven


Vas de listo por la vida y no eres más que un idiota descerebrado y harto de pan. A mí no me engañas con tu pinta de cuarentón moderno, se te ve el plumero, se transparentan tus prejuicios, envidias, celos, soledad,… ¿A quién quieres engañar? Sólo soy un burro en un sembrao, déjame en paz con tus historias, conspiraciones, tonterías,... Hechos consumados quiero yo, no suspicacias y malentendidos. Que ya tengo muchas cosas en que pensar, problemas a resolver, prejuicios a matar, complejos a liberar, personas a las que amar,… Tengo una sociedad que despertar, un pene que circuncidar.
Cuánto odio contenido, cuántas ganas de joder la marrana, si al final te vas a quedar solo igual, porque has nacido para perder.
"Hablo con la sabiduría que me da el fracaso: Correcaminos, estate al loro".