Los ricos y las personas influyentes son católicos ¿Cómo consiguen organizarse para imponer símbolos, ritos, construcciones?
Porque hay que estar muy bien organizados o mantener una ideología muy cohesionada para levantar esa estructura de iglesias y simbología que se distribuye por las zonas más relevantes de ciudades y pueblos en todo occidente -y gran parte del sur global-.
Me llaman mucho la atención las interpretaciones positivas que desde el marxismo, se hacen de la biblia y de la figura de Jesús. Como por ejemplo las de Kolakowski o Bloch.
Parece imposible hacer una interpretación así desde el fascismo, el capitalismo o el liberalismo (progresista o conservador). Desde esas derechas sólo concebimos defender y ahondar el privilegio, elitismo y opulencia de la Iglesia.
Es curioso -más bien obsceno- como desde la base de textos y figuras que hablan de la liberación, el reparto, lo comunitario, el amor, la igualdad, fraternidad... se acabe levantando un constructo piramidal de poder.
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| Santuario de Lourdes, Francia. Agosto 2025 |
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Nos sentamos en un banco de madera de una capital de provincia. Era otoño, pero hacía frío. Estábamos en una calle peatonal y comercial. Ya era de noche. Serían las siete de la tarde. La gente paseaba ociosa. Todos iban muy limpitos, con ropas brillantes, nuevas. Ropa informal y abrigada. No había punks, hippies, heavies ni ninguna tribu urbana ni trabajadores, sólo gente bien. De todas las edades, mirando escaparates... De dónde salía toda esa ropa nueva?
Creo que es lo que más llama la atención cuando ves fotos antiguas. No es tanto que la moda o el estilismo hayan cambiado. Es la ropa usada, ropa que tenía vida más allá de una temporada.
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En las conversaciones de mi entorno: amigos, familia... La gente habla mucho de lotería, bienes inmuebles, inversión... Temas horribles, inmorales y aburridos. Estamos en esa edad en que somos como nuestros padres. Y repetimos los mismos patrones. Nada ha cambiado.
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En la tele escuchaba que los adolescentes de hoy día son machistas. Que utilizan las nuevas tecnologías para controlar a sus parejas. Además, tienen la sesera frita de ver tanto porno y se dedican a repetir en sus relaciones las performances que ven en xvideos. Esto, quizá, sí ha cambiado, no sólo en el aspecto tecnológico: además es mucho más fácil acceder al porno desde edades más tempranas, incluso el porno en sí, tal como se representa en la peli Pleasure, tiene unos tintes más violentos que el porno de las pelis de los ochenta y noventa.
Resulta paradójica toda esta pornificación. Mientras, en las capas más elevadas -en lo legal, lo político y lo moral- se hace tremendo hincapié en una visión feminista de la sociedad.
La figura de Cristo se aplasta bajo las construcciones de bellas catedrales.
El feminismo y la igualdad tratan de salir a flote sobre mentes empantanadas por la pornografía.
Quizá podría pensarse que toda pulsión sexual violenta queda atrapada por la fantasía voyeur del porno. Pero, al final, el trabajo pornográfico lo tiene que hacer alguien. Y, si hay peña tratando de performar esas burradas en la vida real, es que algo no anda bien.


