sábado, 22 de abril de 2006

ODIO

Sonriendo, me has mirado a los ojos.
Has dicho: Te quiero.
No pude soportar la ondulación de tus labios,
tan sensual, tan mintiendo,...
Con furia, una flema verde en tu rostro.
Te odio.

Y yo mismo me espanto, de mi forma de odiar.
Yo, que tanto amé, que inundé el mundo de paz.
Ateo, de ti y de tus besos.
¡No más indiferencia!
¡Libertad para los presos!

Desde niño, atado a ti.
De mayor, a dentelladas.
No más religión para mí.
No más represión acumulada.

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Y lo llaman Democracia
y se les llena la boca
y el Mundo lleno de desgracias.
Y la avaricia se vuelve loca,
en busca del oro negro,
materias primas, droga, ...
amasar fortunas,... dinero y más dinero.

Familias rotas,
pueblos abandonados,
trabajo y más trabajo,
bienes-inmuebles,
la ley del más fuerte.

Otra vez invitado a odiar,
otra vez enredado en la Fé
de gente ignorante y sucia,
de gente que nunca sacia su sed.

domingo, 2 de abril de 2006

¡Mierda!, ¡qué mierda más gorda!

Cada vez que vuelvo del pueblo se me aparece Madrid más lleno de mierda, voy a tener que dejar de ir y afrontar que mi vida ha de ser miserable. He de asumir que soy una rata de ciudad, que nunca más volveré a trabajar la tierra, que no alimentaré a dóciles animales, que los pueblos y el campo serán para mí meros parques de atracciones, lugares donde invertir parte de mi tiempo de ocio. Soy un emigrante, pero no soy negro, ni gitano, ni sudamericano, ni marroquí,… ¡Qué duro debe ser abandonar el país de origen, el hogar,…! Para venir a una gran ciudad y perder tu identidad, ser un número más, estar solo entre la multitud.
-Yo de mayor quiero ser ingeniero (niño estúpido). –Yo ya soy mayor y quiero ser asesino, y acabar con este mundo de estiércol, con el progreso y la humanidad. ¡Quiero mi identidad!, mi árbol de familia, mis vecinos y la casa de mi tatarabuelo. Quiero que me señalen al pasar, que me saluden, que cuchicheen a mis espaldas, quiero ser visible, no indiferente.
Cultivo y mimo mi odio a la ciudad, día a día, mes a mes. Odio tanto sinsentido, tanta masificación y pido a gritos escapar de la multitud, ser diferente y conocido, quiero ser la muestra errónea de las estadísticas, quiero ser parte del censo con nombre y apellidos. Y puesto a pedir, también quiero ser libre, que legalicen las drogas, y que todo el mundo folle mucho, que “el problema está en que la gente folla poco y mal, y falta amor, mucho amor”.
Soy un hombre de pueblo, y no de un pueblo cualquiera, de un pueblo de la provincia de Badajoz, se llama Herrera del Duque. Y no entiendo por qué sin razón he despertado en esta sucia y hedionda ciudad donde no se me ha perdido nada, donde lo único que hago es tragar humos que no van conmigo, que no son de mi cigarrillo, de mi porrillo,... Todo por un título, por un papel que me acredite ante la sociedad, ante unos individuos que piensan en mí como un número más.
¡Cuánta miseria por un puñado de euros, por un sueño mal vendido, por un sueldo digno, por un Estado de bienestar!

domingo, 12 de marzo de 2006

Un día gris de solecito y calor

La felicidad no es real.
La felicidad es un instante,
se alcanza esquivando los malos tragos,
atravesándolos, matándolos.

La felicidad puede ser llorar,
o reir, incluso la soledad.
Es sólo un estado mental,
no es algo que puedas ver o tocar.

La tristeza, el dolor
las ganas de acabar con tó.
Un grito sordo,
una lágrima en el folio.

Una noche de feria,
una ralla de coca,
dos coches que chocan …
eso son cosas serias.

La felicidad no se puede alcanzar
y cuando llega, no la sabemos tratar.
La tristeza es más fácil… sólo hay que aguantar.

sábado, 11 de marzo de 2006

Mi novia, mi pueblo

Me gusta mi novia, me gusta mi pueblo, me gustan las pequeñas cosas que no se valoran en estos tiempos salvajes y civilizados.
¿Nunca has subido al Castillo de Herrera del duque? No has visto la eternidad, no has mirado por encima de las nubes, ni has pensado: ¡qué diminutos se ven los coches!
¿Nunca has paseado con mi novia por el camino del Puente Viejo y has pensado cómo es posible tanta tranquilidad? Y nunca lo harás porque mi novia es mía, tendrás que buscar a otra.
¿No has estado en Consolación la noche antes de Jubileo? Entonces no sabes cuanto vicio hay en mi pueblo, no sabes lo borracho que puedes llegar a estar y lo poco que puede llegar a importar.
¡No has visto sus carnavales, no has escuchado las murgas y estudiantinas, no has visto cómo se meten con el señor alcalde! ¿Y crees que eres feliz?
En mi pueblo hay furtivos, los cazadores vienen de la Capital y tienen mucho dinero.
En mi pueblo hay gente que día a día muere, se deja la vida en los bares, hay gente feliz y gente que sufre, gente rica y gente pobre,… Todos conviven, todo el mundo tiene una opinión sobre todo el mundo, algunos se caen bien, otros mal, unos se desaprueban y otros son ejemplo a seguir. Es un ambiente duro, porque es una tierra Extrema y Dura, las personas son ásperas, encostradas,… En mi pueblo hay diversidad (de opinión, de estatura, de apariencia, de todo) y eso es lo mejor que te puedes encontrar.
Si no has visto nada de esto aun no has comprendido que la vida es solo un juego, una broma macabra, una cabra de goma.

martes, 7 de marzo de 2006

Niñ@s con tareas de adult@s

Capaces de desempeñar tareas complejas, pero socialmente son niños.
Esta es una de las muchas interesantes ideas que trata el libro "Un mundo feliz" de Aldoux Huxley.
Científicos super inteligentes, frikis, ... capaces de entender teorías muy complicadas, capaces de integrar todo tipo de tecnología, pero incapaces de sentir como un adulto. Viven felices en sus números, sus ordenadores, guiados por impulsos infantiles (dame eso, quiero lo otro, ...) Convencidos hasta la médula de que ser inteligentes y ejecutar tareas extremadamente complicadas es lo único bueno, lo ético, lo mejor para ellos y para la humanidad. No conocen el descontento, el odio, la frustración, la compasión o la autodestrucción. Son la burguesía y no desearían ser otra cosa.

domingo, 15 de enero de 2006

Soy un pringao


Soy un estudiante modelo, además en mis horas libres trabajo por un miserable sueldo. No me gusta salir por ahí: -¡Son tan aburridas las historias de la gente!-. Además tengo novia y me consta que me pone los cuernos. En mi familia nadie apuesta por mí: -Dejadle que estudie, así no estorba en el negocio.
Por las noches soy el último mono, estoy sin estar, de eso se aprovechan: - Ves y llama a este, y de paso me traes unas chuches y me dices que está haciendo Fulana.- Mi vida no tiene sentido para mí, y los demás le buscan una utilidad para ellos.
Eso sí, soy muy inteligente, descompongo cualquier cifra en sus números primos, descifro código con sólo echar un vistazo, memorizo cualquier texto, nombres, cifras, … Se me rifan las grandes empresas. Me expreso en varios idiomas, no voto ni a la izquierda ni a la derecha, soy de centro, no se me pasa ni un cumpleaños y lo poco que ahorro se me va en regalos.
Cumplo todas las leyes, voy a misa todos los domingos, leo muchos libros, veo los documentales de la 2, domino los juegos de estrategia, no fumo, no bebo, hago deporte, y sin embargo no soy feliz, ni infeliz, no soy nada. Trato de poner entusiasmo en todo, pero es mera fachada, todo me da igual, hago lo que me dicen o lo que tengo que hacer. Sin ilusión camino por la vida pidiendo a gritos una muerte digna.

sábado, 14 de enero de 2006

Soy un revelde


Soy un revelde sin causa, vivo fuera de la ley, hago lo que me sale de los cojones y mis cojones son muy ingeniosos. Me cago en el Estado, la Monarquía, la Iglesia, las Universidades, las grandes empresas, las medianas, las pequeñas, y en todos los funcionarios de este mundo hecho a la medida de unos pocos. Soy la piedra en el zapato, atento contra el Sistema, tengo ese cruel defecto pero, en fin, nadie es perfecto. Me cago en los muertos de todos los que quieren ser dueños de mi destino. Soy un macarra, soy un ortera, voy a toda ostia por la carretera. Me gusta asustar a las viejecitas con mis pelajos mal peinaos, amenazarles con mi jeringuilla: -¡La pasta o te pincho, vieja del demoño!
El mundo me ha hecho así, porque nadie me ha tratado nunca con amor, porque nadie me ha querido nunca oír. Ahora soy un antisocial, un psicótico, y odio cualquier avance de eso que llaman humanidad. No creo en las jerarquías, yo soy mi propia Patria, yo soy el guionista de mi única novela, soy un barco pirata y si no llevas bandera amiga ten cuidado, porque con mis veinte cañones por banda puedo hundir hasta la isla Perejil.
Además soy un degenerao, un animal caliente, y tengo la picha más pelá que un mono. Me encanta hacerme pajas en los retretes públicos, poner comentarios obscenos en las puertas, llevarme los rollos de papel a casa.
El mundo está lleno de mamones que esperan que haga lo correcto, con la excusa de que es lo mejor para todos, porque es la única manera de seguir viviendo en esta vida de alegría y de ilusión. Que les follen, que les den polculo a todos, que me quieren hacer vivir en un ataud.
Y que conste que sé que revelde es con “b”, tengo mis propias normas de ortografía y la b y la v suenan igual.

sábado, 7 de enero de 2006

Para tí que eres joven


Vas de listo por la vida y no eres más que un idiota descerebrado y harto de pan. A mí no me engañas con tu pinta de cuarentón moderno, se te ve el plumero, se transparentan tus prejuicios, envidias, celos, soledad,… ¿A quién quieres engañar? Sólo soy un burro en un sembrao, déjame en paz con tus historias, conspiraciones, tonterías,... Hechos consumados quiero yo, no suspicacias y malentendidos. Que ya tengo muchas cosas en que pensar, problemas a resolver, prejuicios a matar, complejos a liberar, personas a las que amar,… Tengo una sociedad que despertar, un pene que circuncidar.
Cuánto odio contenido, cuántas ganas de joder la marrana, si al final te vas a quedar solo igual, porque has nacido para perder.
"Hablo con la sabiduría que me da el fracaso: Correcaminos, estate al loro".

viernes, 23 de diciembre de 2005

¿Por qué loco?

Porque soy un loco sin fundamento, todos lo somos, no tenemos motivos para estar locos pero lo estamos, vamos por la vida desarrollando actos sin sentido: trabajamos, estudiamos, nos endeudamos, nos emborrachamos, nos obsesionamos, ...
Sin ir más lejos yo llevo 7 años estudiando una carrera, una carrera de lo más estúpida con la esperanza de algún día ganar mucho dinero y comprar un montón de cosas que no necesito, para llevar en teoría una vida más fácil, para tener mejor calidad de vida, para que la gente me admire y me respete. Lo cierto es que mi calidad de vida es de las peores entre las que podría haber elegido: me he tenido que exiliar a una ciudad que no me gusta, lejos de mi novia, de mis padres, de mis amigos, ... Pero lo que yo quiero es tener una buena vida con ellos, ¿cómo voy a alcanzar calidad de vida si ya los he perdido? No tiene sentido. La vida no tiene sentido, o ¿acaso ha encontrado alguien un sentido o un objetivo a su vida? Da igual lo que hagas, no vas a cambiar el mundo, ni tan siquiera vas a conseguir que los que están a tu alrededor se sientan mejor, y si lo consigues no va a servir de nada, porque el objetivo no es sentirse mejor, el objetivo no existe.
La gente no me admira ni me respeta, porque no gano dinero, todo lo contrario, piensan que soy un vago, un gorrón, ... A veces estas cosas me apesadumbran y me hacen sentir mal. Otras veces, cuando tengo buen ánimo porque he dormido bien, o defeco con regularidad, como sano, hace solecito,...Todo me da igual y pienso: - ¡Qué os den por culo a todos!, porque la vida no tiene sentido y todo vuestro dinero, vuestro trabajo, vuestros pisos, vuestros coches, ... no valen nada. Lo que verdaderamente importa es tener buen ánimo: Comer bien, pasear, hacer deporte, follar, besar, cagar con regularidad y que la mierda no sea ni demasiado suelta ni demasiado dura.

domingo, 18 de diciembre de 2005

El precio

Todo empezó una noche gris de un día que había sido bastante nublado. Pintaba mal desde el principio, y fue mal hasta el final. Los zapatos llenos de barro, la ropa empapada, y además hacía un frío que helaba hasta los huesos. No era el mejor momento para andar por las calles y menos con la inseguridad ciudadana de esas horas, pero no le quedaba más remedio. Las imágenes de lo sucedido impactaban en su retina como flashazos a cámara lenta, como las imágenes en una tormenta eléctrica de una noche oscura.
Lo tenía bien claro, no volvería a caer en el mismo error, le habían engañado como a un necio. Autocompadecerse no mejoraba la situación, después de todo esa era la estrategia que había adoptado para dirigir su vida: prueba y error. Pero errar siempre jode, ahora estaba lleno de ira y sabía que la única respuesta, la única solución, era la venganza. Decidió esperar, la venganza es un plato que se sirve mejor frío. Además debía recuperarse del palo recibido, no era algo complicado porque tenía amigos y socios de fiar, no sólo había cometido errores en su vida, también aciertos, muchos aciertos, y eso le había colocado en un buen lugar en la puta y marginal escala social en que se encontraba sumergido.
Ricardo le había invitado a una fiesta. -No hace falta que lleves nada. - Le dijo. Pero sabía que llevaría drogas, y no sólo para consumo propio. Invitar a David a una fiesta daba prestigio y, además, “coca” y “extasis”, de calidad y a buen precio. Ricardo no le resultaba de fiar, era un ser algo irritante, siempre con esa estúpida sonrisa de vendido por la vida, pero también parecía un pardillo, parecía no tener agallas para afrontar las consecuencias de engañar a David, lo hizo y, ahora David estaba jodido. Esa rata miedosa debía estar muy hasta el cuello para haber corrido un riesgo así, pero eso no iba a ser un atenuante de su culpa, pagaría caro. Por suerte, David pudo escapar, y con pérdidas no muy grandes, sólo la droga. Tubo que arrojar veinte gramos de “coca” por el retrete, era mucha pasta por un soplón de mierda. Carlos había corrido peor suerte, cuando entraron los maderos en la casa, le pillaron en pelotas en una de las habitaciones con una menor, un considerable cóctel de drogas en sangre, y más aún en los bolsillos de su ropa de gangster macarra.
La amistad es un concepto extraño. Para algunos tiene precio, y para otros ese precio es miserable. Ricardo era un miserable.