miércoles, 2 de mayo de 2012

Conservador

Los viajes largos dan para: escuchar música, oír la radio, observar el paisaje y hasta reflexionar. Mientras pisas el acelerador en la monótona autopista. Así, me pregunté:  -¿Qué es ser conservador? y ¿Por qué lo es  la mayoría de la población del país, europea o incluso mundial?- Políticamente hablando.
Conservador es el que quiere quedarse como está, que la situación y el contexto en el que vive no se alteren. Ahora vivimos en un contexto de "crisis" y la "mayoría" sigue siendo conservadora. -Absurdo, ¿no?-

Entrecomillo lo de "crisis", porque cansa su uso abusivo. Parece algo inevitable, una especie de glaciación que debe ocurrir de forma periódica y que afecta a todo y a todos. Lo cierto es que hay colectivos a los que les ha venido muy bien la crisis, a otros no le ha afectado lo más mínimo y otros tienen infinitos recursos para eludirla (bancos, políticos, grandes empresas, familias que mantienen su empleo...). Hay sectores que se han hundido (construcción) y han arrastrado a otros. Lo lógico sería tomar medidas para que algo así no vuelva a ocurrir, como por ejemplo: cambiar de modelo productivo y económico por algo más sostenible y no basado en el crecimiento continuo en un espacio finito.
Muchos de los conservadores no quieren permanecer en el estado de crisis, sino que quieren que las cosas vuelvan a ser como antes y tener su oportunidad de crecer y prosperar económicamente.
¿Para qué preguntarse nada? ¿Para qué hacer autocrítica? - Me aguanto como estoy, que no estoy tan mal, y ya vendrán tiempos mejores - . Viven su presente un poco pasado, no les va lo de las vanguardias.

Las comillas de "mayoría", vienen, porque vivimos en democracia, y los gobiernos los eligen las mayorías. Pero existen elevados índices de absentismo, y muchos de los que votan no les importa lo más mínimo la política  y votan guiados por los sentimientos mediatizados de masas.


Por tanto, tenemos al conservador acomodado, que ya le van bien las cosas tal cual están; el oportunista, que espera que todo vuelva a ser como antes; y el mediatizado, el que se guía por sus sentimientos (miedo, simpatía...), o que no tiene los recursos suficientes para desprenderse de sus creencias irracionales.

Seguramente se puedan establecer otras clasificaciones, pero estas son lo suficientemente genéricas, y abarcan todo el espectro de lo que, en mi humilde experiencia, he podido observar.

Hay algo común a las categorías de "conservadores": lo limitado de la comunidad a la que desean que participe del bien, las ganancias, la prosperidad. En la mayoría de los casos: ellos mismos o su familia, no más allá de los de su clase o los que están por encima de ellos (y sólo porque esperan obtener algún rédito o favor). Esto es, una actitud egoísta, competitiva, agresiva... en contra del Otro, el que no me importa mientras ande yo caliente, y al que puedo odiar, culpar o utilizar, en caso de que pase frío.

- ¡Ya está!: Los de "derechas" son conservadores, entonces egoístas, mezquinos, avariciosos y, por tanto, malos -.
Pero existen colectivos a la "izquierda" que también son conservadores, egoístas, mezquinos, avariciosos y, por tanto, malos.
Por eso mismo se encuentran confrontados, porque representan a grupos diferentes, y no necesariamente de clase social o ámbitos diferentes. Circunstancia extraña, que no lo es tanto si tenemos en cuenta que cada uno busca su propio interés, que puede depender de la persona concreta en el poder, o que está influido por medios de masas, por la tradición, por las creencias, esperanzas... Equipos que agrupan colectivos, de forma más o menos aleatoria, y cuyo único vínculo es un odio irracional a los otros. ¡Eso es la afición futbolística hoy día!... Perdón,  quería decir: la política.

Algunos mantenemos particulares creencias y esperanzas.  Tratamos de extender nuestra comunidad cada día un poquito más, a todas las personas, a las plantas y los animales -¿Por qué no?- Un mundo sin competición, sin odio, más colaborativo, bello... A eso me refiero cuando digo comunismo: Comunidad Global, el Uno Todo...
Para conseguirlo es necesario un cambio, que no tiene por qué ser brusco ni violento y que comienza por otorgar recursos suficientes a toda la población, para tomar decisiones racionales y justas, no basadas en el miedo, la simpatía o el egoísmo.

domingo, 22 de abril de 2012

Hoy solo tenía imágenes


Fantasmagóricas, de miedos y anhelos...
atrocidades y experimentos.
Dioses que nos dan la espalda,
mientras atendemos a la farándula y
hasta nos arrancamos los ojos,
evitando fijarlos en la hemorragia.

Gallos de pelea que no quieren más guerra.
El pueblo suplicando recomponer sus tripas
y un tiempo para cerrar las heridas.
¡No más banderas marcando la tierra!

La Naturaleza decapitada...
está que hecha chispas.
Condescendiente e inocente
nos regala corazones,
flores, frutos y formas 
de los más variados colores,
travestidos cordero-dragones
libélulas taurino-depredadoras...

Pero los sapos-reyes,
los vampiros de corbata:
erre que erre
- Que no se descansa!
¡lucha y trabaja! -


lunes, 16 de abril de 2012

Retales

Sobre la crisis actual: "Quizá antes no estábamos tan bien como creíamos que estábamos y ahora no estamos tan mal como nos dicen que estamos". - Oído en "la nube" de TVE2 -

"Al no existir ideales, como en el siglo anterior el Anarkismo, Comunismo, Socialismo... Los movimientos sociales, como el 15M, solo denuncian pero no avanzan en ninguna dirección, solo comparten su rabia" - Oído en "Carne Cruda", entrevista con Vicente Verdú autor del libro "la hoguera del capital". -

La denigrada "crisis", ha conseguido poner en práctica una idea que, aún hoy, a la mayoría le parece una locura: el decrecimiento económico. Ha lanzado a muchos a conseguir sus sueños, empresa que de otra forma, desde una posición de seguridad, no habrían iniciado. Ha proporcionado una justificación al "no hace falta gastar tanto", sin que te tachen de agarrado. La estrategia empleada ha sido la del miedo y, como daño colateral: el incremento de la desigualdad social.

El otro día la señora X, conservadora, pero no adinerada, me comentó con tono grave y cierta preocupación:
-¡Qué vándalos aquellos chavales en la manifestación! ¿Qué culpa tiene el pobre tendero que intenta ganarse honradamente el pan?
Ante semejante apelación, no pude contenerme y le contesté -en tono igualmente grave- algo que intuía no le iba a parecer razonable:
- Pero lo que quemaron fueron bancos y grandes superficies.
La verdad, no sé que respuesta esperaba yo obtener ante semejante afirmación. Pero me sorprendió cuando, con tono aliviado, dijo:
- ¡Ahhh! Entonces, si eran bancos y grandes superficies, es otra historia.
Mi cara se iluminó: -Por fin, algo está cambiando...

Sobre las normas del lenguaje: 
Cuando vivía en el pueblo, me decían que hablaba mal el Castellano. De mayor, que hablaba mal el Inglés. Ahora, que vivo en Barcelona, hablo mal el Catalán. A veces, uno se cansa de que le digan que lo hace todo mal, y que sean siempre los mismos acomodados los que nos dictan la norma.

Mientras el cuchillo atravesaba su cuello, la sangre pintaba de rojo la pueril lana y la tierra seca del suelo. Le miré a los ojos, se le escapaba la vida, de forma silenciosa, porque la mano decidida  de mi padre no le permitía abrir la boca. Hizo amago de levantarse, pero yo le sujetaba las patas, impidiendo que escapara, con fuerza. -¡Qué hermoso está! ¡Este va a tener buenas chuletas!-
El untuoso olor a borrego se mezclaba con el de jara y tomillo. La madre no percibía la tragedia, no lo haría hasta horas después.
En los últimos espasmos, con la mirada ya serena, tranquila, vacía... pensé en la expresión "mirar con ojos de cordero degollado" y en la experiencia de crecer libre en el campo, acarrado bajo las encinas, arrodillado mamando de las ubres de una vieja y cansada madre.

jueves, 12 de abril de 2012

El orden natural

Hubo un tiempo en que los hombres creían que existía un Orden Natural, un lógos, un nexo, una ley que regía el kósmos, el Todo ordenado -la Naturaleza-, dotándolo de belleza y armonía. Estoy pensando en la Grecia clásica.
Hoy día resulta casi imposible una concepción así: nos hemos lanzado al sometimiento de la Naturaleza e invertimos tremendos esfuerzos en sublimarla, en utilizarla como un medio, como una materia prima de la que obtener nuestros sofisticados productos.

Hace unos días, mientras salía de la gran ciudad, me di cuenta de lo difícil que resulta observar la Naturaleza como algo cotidiano o normal. Podría decirse que ha quedado como un adorno, un parque temático, un residuo o campo por explotar...

Al hombre moderno no se le ocurriría decir que "la Naturaleza es sabia". - ¡No! La Naturaleza es algo aleatorio, impredecible, sucio, molesto... y necesitamos la tecnología para evitar cada uno de sus inconvenientes - .

Lo cierto es que la Naturaleza es bella y compleja, hasta los más pequeños detalles, hasta la más insignificante de las células. Quizá eso nos causa desconcierto, no poder alcanzar su perfección, la facilidad con la que todo parece surgir: las aves elevarse en los cielos; las plantas brotar, a su ritmo, pausado; los peces surcando el mar; nuestro propio cuerpo, que intentamos reconstruir con silicio y plástico. La envidia nos corroe: también queremos ser creadores. Y nos decimos que "la Naturaleza es cruel": porque asesina y come carne cruda, porque sus leyes no las dictamos nosotros. Tenemos tremendo miedo al dolor y la muerte, no soportamos tenerlos cerca. Nos refugiamos en nuestras junglas de asfalto y de metal, esterilizamos las superficies y ocultamos la crueldad en cualquier otro lugar.

Por supuesto, tampoco necesitamos dioses que nos sean favorables, contrarios, o creadores. Nosotros somos dioses: científicos, economistas, tecnólogos... los verdaderos creadores. Vivimos en nuestro propio mundo, ya que la naturaleza permanece oculta y no es más que una enorme fuente de materias primas y alimentos. Y ahí es donde ejercemos nuestra violencia: contra la Naturaleza, que ha quedado relegada al "otro" lugar; contra los "otros" que quedan más allá de nuestro progreso; y, cuando hay escasez o "crisis", contra los "otros" que no son de nuestra clase social.
Si no se ve, no hay remordimiento ni culpa. Y, después de todo, somos dioses: podemos ser crueles, caprichosos, furibundos, libidinosos...
Quizá no nos queda más remedio que ser eso, diosecillos. Después de renegar de la armonía, luchar y esforzarnos por destruirlo todo, guiados por la ambición de unos pocos, por consumir más, ganar más, llegar cada vez más alto, más lejos y más rápido. Ya no podemos recrearnos en la belleza natural, en el nacimiento y la muerte, en esa extraña armonía que permite la existencia de contrarios.

El invierno trae los fríos; hay que enfriarse. El verano trae calor; hay que sudar. La destemplanza del clima pone a prueba la salud; hay que enfermar. Una fiera nos saldrá al encuentro en un lugar y un hombre más dañino que todas las fieras. Algo nos quitará el agua, algo el fuego. No podemos cambiar esta condición de las cosas, pero podemos adquirir un ánimo grande, digno del varón bueno, con el que padezcamos con entereza lo fortuito y vayamos de acuerdo con la naturaleza. - Séneca

Demasiado aferrados a la pureza y perfección de nuestras propias creaciones, nos olvidamos de disfrutar sin más.

Copa de Esequias (h. 530 a. C.). Antikensammlung. Munich. Viaje maravilloso de Dionisio en el mar del vino. En torno al mástil crece una vid fecunda. Los delfines saltarines, contagiados por la presencia de Dionisio, auguran una travesía venturosa.

miércoles, 28 de marzo de 2012

Sangre de TIC

En el navegador siempre había una pestaña en blanco. Como en sus cuadernos, de los que no le gustaba utilizar la primera hoja. Tenía la extraña manía de no dejar nada del todo cerrado. Le causaba desasosiego no ver alguna puerta abierta, la claustrofobia de estar atrapado en el momento presente, en el lugar de siempre.
Hasta que un día, aquella pestaña comenzó a sangrar, sangre de bits, rojo sobre fondo negro. -¿Y por qué no?- Se preguntó mientras observaba impávido aquellos regueros de sangre. -Llevo tanto tiempo aquí sentado, yendo de un sitio a otro, del facebook al correo, a noticias que nunca leo completas, a pequeños pedazos de cosas que pasan fugaces por mi electrizada cabeza. ¿Por qué no se va a empañar la pestaña con sangre de TIC?-.

Y, cómo no... empezó a rascar con el dedo. Por fin algo interesante en la pantalla de su ordenador, más incluso que el fondo azul y caracteres blancos de aquel sistema operativo que un día tuvo, güindous lo llamaba. -¡Puto virus!- En su nombre había sacrificado cientos de teclados, a base de violencia mal contenida.

Al rascar, también la pantalla se puso a sangrar, su dedo se rompió y borbotones de palabras hicieron charco en su escritorio. Por un momento le invadió el miedo: Alguna vez le habían dicho que podían salir las tripas por cualquier herida. Y siempre se lo había tomado a broma, sólo que ahora, mirando el charco del escritorio, de palabras escatológicas y bits herrumbrosos vio peligrar sus entrañas. De alguna manera ya estaban allí, en aquel charco rojo oscuro de bits, caracteres, palabras... tripas. Eso era él: un destripador sanguinolento, un asesino de pasados siempre mejores y futuros estables.

Se desvaneció, uno no puede sangrar eternamente, ni estar asomado al fondo de un abismo sin acabar demente. De la demencia al desvanecimiento. -¿Quién va a rescatarme de este pantano de bits y sangre! Las palabras se han escurrido entre mis dedos y soy prácticamente un saco de muerte. ¡Tengo frío! ¡Tengo miedo! La culpa es mía por rodearme de seres inertes-. Mientras se lamentaba en el fondo de su abismo, la pestaña sangrante recuperó la cordura, otra vez en blanco y la barra del navegador impoluta ¿Qué nuevos mundos le aguardaban? ¿Qué nuevas fantasías y pornografías habría más allá del píxel en blanco?
El charco se coaguló en un pesado bloque de bits y palabras vacías, su dedo se reparó. Pero ahora el brazo derecho era más ligero, estaba fuera de control. Así que se acordó de David Lynch, de Laura Palmer y del acto de masturbación. Se sentía más violento, más humano. De repente, quería buscar trabajo, ganar más dinero y actualizar su facebook solo con casos de éxito. Así que navegó, siempre en la misma pestaña, con un objetivo entre las cejas. Sin el peso de las letras o las tripas... sin el calor de la sangre, se posó en la cima de La Montaña de cadáveres.

jueves, 22 de marzo de 2012

Apuntes sobre educación en tecnología, más allá de la construcción cultural del género

- ¿Por qué crees que ciertos adjetivos como tierno, hermoso, dulce... se asocian a lo femenino?  ¿Y otros como zorra, histérica, bruja.. tienen connotaciones negativas sólo en femenino?

Creo que existe una idea preconcebida de los roles masculino y femenino, que viene modelada de forma histórica. Y, aunque la situación histórica ha cambiado, estos modelos aún no lo han hecho.

Haciendo una burda simplificación de la historia de la humanidad, desde la perspectiva etnocéntrica de occidente: los hombres ocuparon las posiciones de poder en la esfera pública, basándose en su rol de guerreros (posiblemente motivado por su mayor fuerza física, en una época pre-histórica). De tal manera que, la mujer, ha quedado relegada de forma tradicional al hogar, a su economía y el cuidado de los hijos. Mientras, los hombres han ido construyendo y dominando estructuras de poder en la sociedad, como: el ejército, el gobierno, la cultura, la tecnología, la religión...

Si a todo esto sumamos la concepción judeo-cristiana de las relaciones entre hombres y mujeres, que observa a la mujer como un ser “impuro”, tendremos el porqué ciertos adjetivos se asocian de forma directa a la mujer, y no solo en el subconsciente colectivo, sino que es el propio lenguaje quien les asigna el género femenino.

Los tiempos han cambiado, en una época en la que toda tarea física se hace mediante alguna tecnología, cualquiera puede ser guerrero. Aunque todos deseemos la paz.
Además, hace siglos que declaramos la muerte de Dios y el rechazo de las ideas cristianas. Supuestamente vivimos en una sociedad laica, pero la mayoría de sus prejuicios y supersticiones continúan arraigados en nuestras instituciones, lenguaje, arte, negocios, publicidad...

Tampoco quería dejar de resaltar el flaco favor que ha hecho el modelo capitalista-consumista sobre la mujer. Transformando su imagen en un reclamo publicitario, potenciando la idea de que al igual que los anuncios ellas deben ser seductoras y el hombre exitoso.

- ¿Crees que es necesario intervenir desde el sistema educativo en contra de esta división sexista de la sociedad?

Sí, lo creo. Todos los chavales están en contacto continuo con internet, videojuegos y medios de masas. Que se encargan de difundir de forma repetitiva la imagen de la mujer como objeto de deseo y del hombre como luchador exitoso. Además, está el resto del entorno social que les envuelve, que será más o menos acorde a ese mismo modelo.

La escuela es un lugar donde los niños y niñas siguen siendo niños, y donde acaban convirtiéndose en hombres y mujeres. Es un momento ideal para que reflexionen sobre lo que realmente son, lo que pueden llegar a ser y lo que las pre-concepciones del pasado pretenden que sean.

- ¿Crees que los videojuegos son sexistas?

Los videojuegos no son sexistas, ni violentos o clasistas, por sí mismos. De hecho, existe oferta de videojuegos educativos, colaborativos, ambientados en épocas históricas... Es el hecho de someterlos a las leyes del mercado, gobernado por las tendencias de masas, el que ha dado mayor relevancia a los juegos sexistas y/o violentos. Supongo, que los sicólogos del marketing, habrán descubierto alguna ley estadística por la que es más fácil vender productos violentos, pornográficos y sexistas.

Creo que, si toda nuestra sociedad gira en torno al consumo y a aumentarlo, es normal que a la hora de elegir un producto u otro, primen las decisiones irracionales. Más aún en la adolescencia y la infancia, cuando se es más impulsivo. Además, ningún inversor querrá ver reducidas sus ganancias arriesgándose a crear un juego no sexista, a sabiendas de que resultará menos atractivo al público general y, en el caso que arriesgue, la inversión será menor y el producto de peor calidad.

De hecho, me atrevería a decir que se ha perdido la fe en racionalidad humana. Prueba de ello es que el lenguaje del día a día se puebla de términos como: atractivo, seductor, apariencia, estadística, relativo, tendencia... El triunfo del principio del placer y el ocaso del deber.

-  Las titulaciones tecnológicas tienen un porcentaje muy superior de hombres que de mujeres. ¿Crees que es necesario hacer algo para invertir esta tendencia? 

Creo que una mayor diversidad de opiniones y sensibilidades dentro de cualquier ámbito es siempre enriquecedor. Y debido a los prejuicios históricos que arrastramos y a la educación recibida, las mujeres pueden aportar puntos de vista distintos al de los hombres.

Por otro lado, creo que el mundo tecnológico es un mundo creado por hombres y para los hombres, con lo que en ocasiones las mujeres acaban adaptándose a esta estructura, perdiendo entonces cualquier riqueza en cuanto a diversidad.

En general, el mundo tecnológico es rudo, frío, eficiente, competitivo, duro, demandante de sobre esfuerzos... un subproducto de la guerra-hombre. No es de extrañar que no sea atractivo para las mujeres.

Esta pregunta podría contestarse con una contrapregrunta: En el mundo de la prostitución hay más mujeres que hombres ¿Sería necesario atraer a los hombres al mundo de la prostitución? O, la pregunta correcta: ¿No sería mejor acabar con la prostitución tal como la conocemos hoy día, hacer de ella otra cosa más humana, menos violenta y denigrante?

Mirar a la tecnología desde el punto de vista del ingeniero hombre, nos hace verla como algo bueno, y por tanto, pensar que lo que hay que hacer es  atraer a las mujeres hacia ella, porque esta ya es perfecta en sí misma.

- ¿Crees que existen diferencias cerebrales o fisiológicas que motivan el que las mujeres se sientan menos atraídas por la tecnología?

NO. Creo que se puede entrenar a cualquier ser humano para que desempeñe cualquier tarea, e incluso condicionar su pensamiento y gustos para que se sienta atraído por cualquier área. Si existe alguna diferencia cerebral entre hombres y mujeres no creo que sea tan importante como para determinar una carrera profesional.

En las sociedades de clases, como la nuestra, ha existido siempre un interés especial por sustentar las desigualdades sociales con evidencias físicas o fisiológicas. Se ha hecho durante siglos, con los gobernantes, los esclavos, las “razas”, el sexo... Y se continua haciendo hoy día, aunque de forma menos notoria.
Con la democracia hemos conseguido la igualdad ante la ley, pero en lo político, económico, cultural... siguen existiendo esas desigualdades. Simplemente, me parece grotesco buscar evidencias científicas para sustentarlas.

El que la tecnología sea un mundo de hombres, responde a esa desigualdad entre géneros (como construcción sociocultural en torno al dimorfismo sexual). Es un mundo creado por hombres y para hombres, con todas sus preconcepciones, derivadas de la ocupación de las posiciones de poder en la esfera pública y en la guerra. Prueba de ello es, que las Ingenierías se jactan de ser las más duras, en una especie de entrenamiento espartano, al que sólo sobreviven los más fuertes y los más listos.

- ¿Crees que hay diferenciación en las tareas y focalización de intereses entre alumnos y alumnas ? ¿Y entre profesores y profesoras?

Creo que ha edades tempranas apenas existe diferenciación de intereses entre sexos, es a medida que los alumnos crecen que empieza a hacerse patente el condicionamiento social y, las alumnas se dirigen hacia áreas tradicionalmente femeninas o socialmente aceptadas como femeninas, y los alumnos hacia áreas masculinas. Por esta misma razón, profesoras y profesores se sitúan en áreas diferentes del saber, porque han crecido bajo ese paradigma.

Aún así, creo que el mundo de la educación, al menos en las escuelas e institutos públicos, es un lugar privilegiado. Porque, en general, existe una gran sensibilidad respecto a las desigualdades sociales, culturales, de género... Quizá porque cuando se percibe su influencia en menores, resulta más impactante. O, porque, gran parte de su esfuerzo educativo se centra en las bases de la cultura y es más fácil ser crítico cuando las tienes presentes, antes de perderte en las ramas de la especialización.

- ¿Sufren los niños en la escuela debido a la desigualdad entre sexos?

Tanto niños como niñas han de desarrollarse y diferenciarse en binario: hombre o mujer, asumiendo los modelos que les vienen dados por la sociedad en la que viven. El sufrimiento vendrá dado por cuanto ellos no se ajusten al modelo en los tiempos establecidos, o decidan no ajustarse, con el consiguiente rechazo de los demás. Ir a contracorriente es más complicado, pero se puede intentar.

- ¿Estar a favor de la separación en colegios sólo de niños y sólo de niñas?

No, aunque existan estudios que digan que las niñas desarrollan antes que los niños. Creo que los daños de separarlos (crecer en un ambiente donde la distribución de la población está artificialmente alterada respecto a la realidad que después les tocará vivir) son mayores que los posibles beneficios (que adquieran más conocimientos o habilidades más rápidamente, al estar rodeados de otros de su mismo nivel de desarrollo).

- ¿Algunas referencias bibliográficas?

  • La noche temática “el tercer sexo”: Serie de dos documentales sobre intersexuales.
  • Conrad Philip Kottak “Antropología Cultural” capítulo 11 “el género”
  • Verena Stolke “¿Es el sexo para el género lo que la raza para la etnicidad... y la naturaleza para la sociedad?”
Estas tres referencias se centran en derrumbar los prejuicios que existen en la concepción de lo femenino y lo masculino. No niegan que exista un dimorfismo sexual, lo cual es obvio a la vista de cualquiera, pero eso no justifica diferentes capacidades intelectuales entre hombres y mujeres o predisposición hacia una carrera profesional u otra, ya que no son decisiones que se tomen de forma irracional o instantánea, sino que son algo meditado y dirigido por el entorno social que nos rodea.

En el caso del “tercer sexo”, se muestran ejemplos de cuan condicionado está el dimorfismo sexual, tanto mental como físico, a la educación y al entorno social. Estas personas, que no nacen con un sexo claramente definido, se las educa e incluso se las medica para que se desarrolle dentro de una identidad sexual u otra.

El manual de Kottak, analiza los roles femeninos y masculino desde un punto de vista antropológico, contrastando diferentes culturas y el papel que juegan dentro de cada una de ellas la mujer o el hombre, de forma que puede verse como ciertas actividades y habilidades que son comúnmente desarrolladas por hombres en unas culturas son desarrolladas por mujeres en otras.

El texto de Verena Stolke habla sobre "cómo se construyen y legitiman la desigualdades sociales y de género, atribuyéndolas a los supuestos "hechos biológicos" de las diferencias de raza y sexo"

miércoles, 7 de marzo de 2012

Extremo-Corcobado-DoctorDeseo-AlbertPlà-duro



Quizá sean colegas o conocidos, no lo sé. Todos llevan muchos años haciendo música en el territorio nacional. Lo que los une: Ser grupos que me gustan. Son el referente a la hora de definir mis gustos musicales. Si tuviese que narrar mi relato estético-sonoro, estas bandas, serían el tronco a partir del cual surgen el resto de ramas que también forman parte de mi cosmología musical.
Son grupos consolidados, con bastantes discos a sus espaldas... aquellos que uno nunca se cansa de escuchar, aunque tengan 20 años o más, o suene a cassette que corre mal.
Son raros, si asumimos como normal lo que más suena en los medios de comunicación de masas, o en la mayoría de garitos. Pero también son raros por su empeño en experimentar, en jugar. Un ingeniero o un tecnócrata diría que son innovadores, y entonces es cuando el arte pierde su gracia, cuando lo sometes a la racionalidad científica. Así que, lo que hacen es jugar, experimentar e incluso molestar, ya sea con sus letras, sus ritmos o arritmos, mezclas o purezas, ruidos... Ciertamente, uno tendría problemas para etiquetar la obra completa de estos irreverentes artistas dentro de un estilo concreto.
La letra tiene un gran peso, y creo que cantarlas, poder pronunciarlas en voz alta delante de una gran audiencia, desgarra algo dentro de uno, esa membrana que se encarga de contener todas aquellas apetencias e ideas que transgreden el buen gusto: Amor, Puta, Coño, Muerte, Droga, Sexo, Dolor, Lágrimas, Pereza, Locura, Policía, Libertad, Borracho...
Esta transgresión, e ir contra la uniformidad, limita sus posibilidades de promoción mediante publicidad masiva, y alcanzar, la que parece ser la meta de todo grupo de música: Ser una gran estrella, vender millones de discos y girar internacionalmente. Aún así, son grupos conocidos, que gozan del respeto y reconocimiento de compañeros y público.
Quizá Extremoduro es el que tiene mayor poder de convocatoria, capaz de reunir gente con gustos de lo más diversos y llenar estadios con sólo poner un aviso en su web. Como si en lo más profundo de las almas de sus seguidores existiese un sucio monstruo latente, esperando a ser despertado con cada nuevo disco o gira para dar rienda suelta a su instinto animal.
Corcobado, es desconcertante, con un estilo personal elegante, pero con palabras, gritos y ruidos desgarradores. Conoce la musicalidad y la armonía, pero con la tendencia a destrozarlo todo, a pintarrajear por encima y molestar. Oscuro e histriónico, profundo y sangrante. Un gran jugador con los sonidos, las letras, las historias y los libros. Es siempre sorprendente, aún cantando canciones de sobra conocidas (versionando).
De Doctor Deseo, lo que siempre me ha atraído, son sus ritmos, ese empezar a arrancar y contenerse... te voy a poner el caramelo en la boca pero no te voy a dejar cogerlo. Ambigüedad, lascivia y amor. Rock del norte, de Bilbao, de estética setentera, pero tan universal como las letras de sus canciones.
Albert Plà: lo suyo es puro teatro, diversión y descontrol... tragicomedia. Siempre provocando, haciendo lo que no se espera de él, matando moscas con el rabo. Mezcla sin fusión, un ente del "más allá", huyendo del territorio y el tiempo que intentan ganarlo para cualquier causa. Quizá la peor voz, cantando desde el culo la mierda que muchos se empeñan en camuflar.
Todos tienen su propio estilo, de lo más original, de lo más sincero. Que brota de una cosmovisión de ningún lugar, creando un imaginario alejado de la irrealidad y la violencia que nos ofrece la cara lavada y maquillada del progreso occidental. Y, es que, en su aparente irracionalidad existe la coherencia de querer construir algo nuevo, acorde a una idea del mundo más humana. El mundo del artista, la musicalidad, el amor al trabajo no mecanizado, no sistematizado, no codificado... construir desde la belleza y la estética.

martes, 14 de febrero de 2012

Filosofía postmoderna, el camino de la estética hacia futuros pasados

El otro día, estaba escuchando uno de los seminarios que imparte la profesora Teresa Oñate, en la UNED, sobre historia de la Filosofía. Es verdad que también había leído sobre algunos de los clásicos: Parménides, Pitágoras, Platón... Así que, poco a poco, fui descubriendo que yo estaba lleno de prejuicios, prejuicios que se habían ido forjando desde hacía más de 2000 años. Y, no sólo eso, comprendí que mi concepción del mundo estaba basada en "Creencias", esas de las que decía haberme desprendido cuando dejé a Dios tirado en cualquier cuneta. Fue un desgarrarse de la realidad, todas aquellas cosas que Nietzsche decía sobre la muerte de Dios, la moral del esclavo... empezaban a salir de entre la niebla y eran cada vez más nítidas.
Vivimos en una sociedad muy violenta, no hace falta más que mirar los noticiarios, o incluso echar la vista alrededor, reparar y fijarse: guerras, delitos, desigualdad, discusiones, opresión... Nuestro lenguaje está lleno de violencia, y no sólo las palabras, sino también el discurso con que construimos el esquema de nuestra realidad y de la historia: batallas, dominaciones, revueltas, revoluciones... Incluso nuestra ciencia y tecnología: sumisión de la Naturaleza, alteración del paisaje, exterminio... Realmente, no debería sorprendernos la injusticia o la tiranía de los más fuertes, o los más ricos. Seguimos siendo esclavos y hablamos como esclavos, hablamos el lenguaje de nuestros señores, el lenguaje económico, el lenguaje técnico.

Es curioso, cómo estamos atrapados dentro de un presente que no nos gusta y nos remitimos al ideal, al futuro, ese que nunca se hará completo: Cuando acabe la crisis todos tendremos dinero y trabajo, pero sólo hasta la siguiente crisis y no todos... ¡Pedazo de ideal!! Sí, creo que hasta nos han robado la capacidad de soñar, que estamos en una sociedad que sólo espera estar como está, con más dinero y más consumo cada vez. ¿Y la injusticia, la desigualdad, el hambre, el abuso? El ideal cristiano al menos te prometía el Cielo a costa de ser bueno. Ahora hay que ganar dinero para tener mucho. Qué decepción! Realmente, Nietzsche fue demasiado optimista al pensar que seguíamos manteniendo la moral cristiana a pesar de no creer en Dios. Pero ha sido peor, no creemos en Dios, no tenemos ninguna norma moral y no tenemos un objetivo como sociedad. Quién iba a pensar que el capitalismo y el consumismo iban a tener tal efecto?

¿En qué momento elegimos el camino que nos llevaría a la situación actual? La filosofía postmoderna señala algunos de los problemas. Uno de ellos es nuestra propia concepción de la historia como una historia de superación, de avance. De forma que todas las sociedades anteriores, o las que viven como lo hacían las anteriores, son primitivas, no tienen nada que aportar, están obsoletas, superadas, muertas. No hay opción a decir - ¡Uy! Aquello que decía Heráclito no estaba tan mal. Deberíamos probar a coger ese camino y ver qué pasa? - Pero eso es imposible, porque elegimos el camino del Platón pitagorizado y, ahora, lo demás es incorrecto.
Otro problema que señala, es el haber aplicado la racionalidad científico-técnica a todos los ámbitos del vivir: política, moral, teología... Y esta racionalidad no tiene como fin el conocimiento, la diversión, la felicidad o cualquier cosa agradable, sino, la dominación y el sometimiento de la Naturaleza a la arbitrariedad humana. ¡Ahí está la raíz de la violencia!

A partir de aquí, es más fácil entender por qué algunos autores como Foucault, reclaman el hacer de la vida una obra de arte. El pensar la vida desde el discurso del arte. Porque la forma en que nos organizamos los humanos es algo elegible, aunque estemos acostumbrados a verlo como algo dado.
Sólo la naturaleza es así y no puede ser de otra manera, por eso funciona tan bien en ese ámbito la razón práctica, el método científico.

En contra de lo que decían los científicos de la 3ª cultura, su lenguaje es el que ha dominado la historia. El arte, la literatura, han quedado para los Domingos, para el tiempo de no trabajo.


Por eso reclamo ser torero
de los que pasean por las plazas de los pueblos,
capote en mano y en la cabeza un sueño.
Con la muerte en los talones
y la amenaza de las tripas al suelo.

Quizá flamenco,
rock-star quijotesco,
o gurú de lo esotérico,
pero siempre cerca de lo bello.

La locura del que no le importan los galones,
del soñador por un puñado de dólares,
del esteta hacia su perfección y grandeza.
Lo terrible y doloroso en conspiración manifiesta,
contra una sociedad que se mutila en el altar de la violencia.


"Aquello con lo que más trato tienen continuamente, el lógos que lo gobierna todo, de eso se apartan, y aquello con lo que se encuentran cada día, eso les parece extraño." Heráclito de Éfeso

sábado, 28 de enero de 2012

La tercera cultura, la lucha entre: “ciencias” Vs “letras”. Y la tecnología

Después de leer un poco acerca de esta “tercera cultura”, le queda a uno la impresión de que no es más que el campo donde dirimen sus batallas los tradicionales dos ámbitos de las “letras”/“humanidades” y los “números”/“ciencias”.
Los dos luchan por alzarse con el reconocimiento de la sociedad como el valor más alto de la cultura. Todos quieren participar en el proceso de divulgación popular y, por supuesto, quieren que su área sea la más relevante.

Hubo un tiempo en que esta separación no existía, todo era Ciencia, saber, conocimiento acerca del Mundo. Con la invención de la escritura, el saber podía almacenarse y guardarse, con lo que este se ha ido incrementando generación tras generación, a lo largo de cientos de años. Y claro, ahora es imposible saberlo todo de todo, así que bajo el paradigma de “divide y vencerás”, las distintas ramas del conocimiento se han ido separando e independizando unas de otras. Hasta llegar a la situación actual, donde podemos distinguir dos grandes bloques: Las ciencias que versan sobre el mundo físico (lo que es así y no puede ser de otra manera) y las letras que lo hacen sobre la producción humana (lo elegible).
Los científicos reprochan a los humanistas el haberse apropiado durante siglos de la palabra “intelectual”, de tal manera que un científico no podía considerarse “culto” por no conocer a los clásicos: Aristóteles, Shakespeare, Cervantes... En cambio, un humanista podía considerarse muy culto sin tener ni idea de conceptos matemáticos.
Desde la otra perspectiva, los humanistas podrían reprochar a los científicos el haberse apropiado de la palabra “Ciencia”, de forma que su conocimiento no sería un conocimiento verdadero, porque no versa sobre el mundo físico, sino sobre productos del desarrollo humano en sociedad. Pero la literatura, la política, la antropología, la historia... hablan de la realidad, pasada o futura y, quizá, la única diferencia radica en la sistematización y precisión que se puede alcanzar en el ámbito de las humanidades y el de las ciencias.

El término de “la tercera cultura” fue acuñado por Charles Percy Snow. En su última obra al respecto vaticinaba el surgimiento de una tercera cultura que dialogaría con las otras dos... Pero esto no ocurrió. Y, en un efecto acción-reacción, lo que ha ocurrido es que desde el ámbito científico ha comenzado una labor divulgadora, de manera que, hoy día, podría decirse que el reconocimiento social es para el ámbito de la ciencia en detrimento de los humanistas. Así, numerosos científicos escriben libros para el público general con una amplia aceptación.

Uno no puede dejar de ver tintes materialistas en esta inversión de las tornas, que tampoco creo que sea tal. Más bien, lo que a ocurrido es que a partir de la revolución industrial, con la fabricación en serie, se han ido incorporado al hogar cada vez más complicados aparatos tecnológicos (coches, lavadoras, ordenadores, móviles...). Y estos nuevos aparatos no sólo han sido incorporados para satisfacer necesidades, sino que invaden además nuestro tiempo de ocio. Al ser productos de comercio mundial tienen enormes repercusiones en la economía y todos los inversores quieren estar al corriente de los diferentes avances en ciencia y tecnología. Creo que estos dos factores: la incorporación de la alta tecnología al hogar y la repercusión económica, son fundamentales en la revalorización de la cultura de las ciencias.

¿Qué valor puede tener la literatura frente a una película de ciencia-ficción 3D y 7 canales de audio envolvente? Porque en el cine y las demás artes también puede percibirse este interés creciente por las ciencias.

Por tanto, la profecía de Snow no se cumplió y los intelectuales de “letras” se han convertido en seres improductivos que se dedican a tareas de lo más freak. Sin embargo, las humanidades y la tecnología no son tan diferentes: ambas tienen como objeto de estudio alguna producción humana. En algún momento de la historia la tecnología dejó de ser meramente una herramienta de producción, de arte o de guerra y pasó al servicio de la ciencia, que la revistió con su halo de necesidad. Con lo que parece que la tecnología es así y no puede ser de otra manera, es la mejor posible. Cuando, realmente, es fruto de las elecciones humanas, de lo que han decidido investigar, conocer, de lo que se podía vender, lo que podía curar o lo que podía matar. Más tarde, la tecnología se incorporó al hogar, al ocio, y dejó de ser un medio para convertirse en un fin, la tecnología por la tecnología.

En el mundo del arte es reconocido que con el Impresionismo hubo una ruptura en lo que había sido la representación de la realidad, la “mímesis”. Quizá, en el mundo de la tecnología, ocurrió algo similar con la Revolución Industrial (curiosamente en la misma época), la producción en serie y los mercados globales. Fijando el concepto de progreso como desarrollo tecnológico y crecimiento económico. Obviamente las rupturas no son nunca tales, son siempre un proceso. Y tampoco ocurren rupturas de forma aleatoria, sino que suele haber fuertes interdependencias entre las diferentes áreas en las que, de forma artificiosa, los humanos hemos dividido el conocimiento. En este sentido, me parece que la tecnología y sus estudiosos, los ingenieros, podrían jugar un importante papel llenando el vacío entre el campo de las ciencias y las letras. Haciendo de mediadores e integradores, quizá construyendo esa tercera cultura de la que hablaba Snow, siempre y cuando consigamos vencer el prejuicio de las humanidades como algo improductivo y fuera de la realidad.
Algunos ya han dado este paso como Thomas Khun con su teoría de los “cambios de paradigma científico”. Un cambio de este tipo está enmarcado dentro de un contexto social e histórico y no puede ocurrir de forma abrupta por muy científicas que sean las pruebas.

Vivimos en una sociedad altamente especializada y, aún los que hemos dedicado muchos años a estudiar, tenemos enormes carencias en todo lo que se sale de nuestro ámbito. Aceptar esto es duro, así que preferimos refugiarnos en lo nuestro, que siempre es lo más difícil y mejor, restamos importancia a lo demás, incluso lo negamos:
«Soy una persona culta», se dicen, «y no puedo encontrarle sentido a esto. Por lo tanto tiene que ser absurdo.» - Paul Davies

Yo, lo único que he aprendido en estos años es que todo es susceptible de aprehenderse, que la dificultad la ponen la falta de tiempo, de información y de voluntad. Decir que lo que otros han hecho o piensan es absurdo, que no tiene sentido, que está mal... es la solución fácil. Echar por tierra el trabajo de los demás para que el propio cobre protagonismo es sólo un ejercicio de soberbia.


Claro que: yo soy de los que procuran no hacer nunca lo que deben y lo contrario de lo que le dicen.

domingo, 8 de enero de 2012

Estado de Malestar


-El paro, la crisis... Obviamente lo que está fallando es el Estado de Bienestar- Dijo un tipo el otro día en la tele. Y se quedó más ancho que largo.

Ese discurso se ha grabado en la mente de la mayoría de la gente y no importa que sean beneficiarios del Estado de Bienestar, o capitalistas usuarios del sistema privado. La maquinaria de los mass media ha unificado su pensamiento. En el transcurrir de los 3 o 4 años el discurso del miedo, de la catástrofe económica que cada día se cierne sobre nosotros, ha minado la conciencia de la sociedad. Ahora el trabajador sólo quiere trabajar y no importan las condiciones.

Nos han convertido en expertos en macroeconomía: inflación, primas de riesgo, deuda de países y comunidades autónomas... A partir de esas premisas es como se justifican los recortes de derechos de los ciudadanos, trabajar más y cobrar menos, pagar más impuestos y tener menos servicios. Esas son las medidas para salir de la crisis, crear el Estado de Malestar, el infierno en la tierra. 

Por todos lados se oyen voces que despotrican contra el funcionario medio, esos odiados seres que tienen condiciones dignas de trabajo. -¡Que los echen!- Si no a todos, al menos un porcentaje alto. -¡Que les obliguen a trabajar más!- ¡Que les bajen el sueldo! Si estallase la revolución, nadie asesinaría al empresario, al banquero o al político (bueno, al político quizá sí). La masa enloquecida acabaría con los servicios públicos y se los darían a un capitalista para que los explotase de forma más eficiente, para que exprimiera a sus trabajadores con la amenaza del despido.

Si aumentas la jornada laboral, la consecuencia directa es la reducción de puestos de trabajo.
Si suprimes los servicios públicos reduces puestos de trabajo. 

¿O acaso un empresario va a contratar más personal del estrictamente necesario?, ¿o se va a esforzar en cumplir unos determinados criterios de calidad si no se los imponen desde fuera? Sólo si hay competencia se esforzará en seducir, en transmitir sensación de calidad.

Obviamente el paro es una lacra, pero el discurso macroeconómico que escuchamos todos los días no tiene la intención de acabar con él, así como tampoco tiene la intención de generar mayor calidad de vida para los ciudadanos. El Mercado sólo quiere crecer y no importan los medios.

Nuestros gobernantes ya no lo son, son expertos en economía, son gestores del capital y realmente ni siquiera tienen ideas políticas, sólo tienen un plan mejor para gestionar la economía. Son expertos comunicadores apoyados por grandes empresas, que se encargan de financiar la difusión de sus mensajes.

Hubo un tiempo en que no se cansaban de decir que, como la población era cada vez más vieja, el Estado de Bienestar sería insostenible porque no habría suficientes trabajadores para cotizar. Hace años que no escucho ese argumento.

Existe una crisis, pero es una crisis de valores, de valores morales, de argumentos... En otro caso no se entiende que la población acepte de tan buen grado recortes en sus derechos. Por algo tan ajeno, tan etéreo, como es la crisis de los mercados. Así como tampoco se entiende la polarización de la población en una clase dirigente extremadamente rica que exige sacrificios a una mayoría cada vez más pobre. 

Sí, en el sistema actual existen tremendas contradicciones, algo está fallando... pero no es el Estado de Bienestar. Me parece correcta la posición de las clases altas, dirigentes, capitalistas, de querer acabar con el Estado de Bienestar y repartirse los impuestos recaudados al pueblo, acabar con sus derechos para tener un mercado laboral más flexible. Es una postura coherente: Igual que existe inmediatez y deslocalización en los mercados financieros con movimientos instantáneos de grandes sumas de dinero de un lugar a otro del mundo ¿Por qué no hacer lo mismo con el mercado laboral? 
Lo que no me parece correcto es que los miembros, o posibles miembros de ese mercado laboral, apoyen su modelo. Porque es un modelo en contra de las personas. Se pueden manipular las ideas y los sentimientos de la gente, pero existe un instinto, o una tendencia, gregaria: buscar una estabilidad, unos vínculos sociales... Las personas aunque sean pobres, no son cosas, no son mercancías, no son monedas y desde luego que se las puede tratar como tales, pero no seamos tan necios de darles nuestro consentimiento para que lo hagan.