miércoles, 7 de marzo de 2012

Extremo-Corcobado-DoctorDeseo-AlbertPlà-duro



Quizá sean colegas o conocidos, no lo sé. Todos llevan muchos años haciendo música en el territorio nacional. Lo que los une: Ser grupos que me gustan. Son el referente a la hora de definir mis gustos musicales. Si tuviese que narrar mi relato estético-sonoro, estas bandas, serían el tronco a partir del cual surgen el resto de ramas que también forman parte de mi cosmología musical.
Son grupos consolidados, con bastantes discos a sus espaldas... aquellos que uno nunca se cansa de escuchar, aunque tengan 20 años o más, o suene a cassette que corre mal.
Son raros, si asumimos como normal lo que más suena en los medios de comunicación de masas, o en la mayoría de garitos. Pero también son raros por su empeño en experimentar, en jugar. Un ingeniero o un tecnócrata diría que son innovadores, y entonces es cuando el arte pierde su gracia, cuando lo sometes a la racionalidad científica. Así que, lo que hacen es jugar, experimentar e incluso molestar, ya sea con sus letras, sus ritmos o arritmos, mezclas o purezas, ruidos... Ciertamente, uno tendría problemas para etiquetar la obra completa de estos irreverentes artistas dentro de un estilo concreto.
La letra tiene un gran peso, y creo que cantarlas, poder pronunciarlas en voz alta delante de una gran audiencia, desgarra algo dentro de uno, esa membrana que se encarga de contener todas aquellas apetencias e ideas que transgreden el buen gusto: Amor, Puta, Coño, Muerte, Droga, Sexo, Dolor, Lágrimas, Pereza, Locura, Policía, Libertad, Borracho...
Esta transgresión, e ir contra la uniformidad, limita sus posibilidades de promoción mediante publicidad masiva, y alcanzar, la que parece ser la meta de todo grupo de música: Ser una gran estrella, vender millones de discos y girar internacionalmente. Aún así, son grupos conocidos, que gozan del respeto y reconocimiento de compañeros y público.
Quizá Extremoduro es el que tiene mayor poder de convocatoria, capaz de reunir gente con gustos de lo más diversos y llenar estadios con sólo poner un aviso en su web. Como si en lo más profundo de las almas de sus seguidores existiese un sucio monstruo latente, esperando a ser despertado con cada nuevo disco o gira para dar rienda suelta a su instinto animal.
Corcobado, es desconcertante, con un estilo personal elegante, pero con palabras, gritos y ruidos desgarradores. Conoce la musicalidad y la armonía, pero con la tendencia a destrozarlo todo, a pintarrajear por encima y molestar. Oscuro e histriónico, profundo y sangrante. Un gran jugador con los sonidos, las letras, las historias y los libros. Es siempre sorprendente, aún cantando canciones de sobra conocidas (versionando).
De Doctor Deseo, lo que siempre me ha atraído, son sus ritmos, ese empezar a arrancar y contenerse... te voy a poner el caramelo en la boca pero no te voy a dejar cogerlo. Ambigüedad, lascivia y amor. Rock del norte, de Bilbao, de estética setentera, pero tan universal como las letras de sus canciones.
Albert Plà: lo suyo es puro teatro, diversión y descontrol... tragicomedia. Siempre provocando, haciendo lo que no se espera de él, matando moscas con el rabo. Mezcla sin fusión, un ente del "más allá", huyendo del territorio y el tiempo que intentan ganarlo para cualquier causa. Quizá la peor voz, cantando desde el culo la mierda que muchos se empeñan en camuflar.
Todos tienen su propio estilo, de lo más original, de lo más sincero. Que brota de una cosmovisión de ningún lugar, creando un imaginario alejado de la irrealidad y la violencia que nos ofrece la cara lavada y maquillada del progreso occidental. Y, es que, en su aparente irracionalidad existe la coherencia de querer construir algo nuevo, acorde a una idea del mundo más humana. El mundo del artista, la musicalidad, el amor al trabajo no mecanizado, no sistematizado, no codificado... construir desde la belleza y la estética.

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