sábado, 29 de noviembre de 2008

Tiempo y silencio



Además de tiempo hay que encontrar el espacio, el lugar de la soledad.

Todo pasa tan a prisa que lo único que hacemos es buscar. Y, cuando encontramos, ya está obsoleto. Porque lo atemporal no tiene valor en un mundo que fluye a velocidad de vértigo. El designio del tecnólogo se opone al del poeta, la rapidez es lo importante, la belleza, lo contemplativo, no es más que un adorno.

Los vicios son mal asunto, pero sólo cuando sobra el tiempo -porque si sobra es que no estás en la dinámica de la rapidez-. El tabaco mata, pero más mortal es la vida en la ciudad -en tanto en cuanto se lleva el tiempo volando-.

-¿Que el tiempo pase deprisa es bueno o es malo? 
-Yo creo que es malo. Porque eso significa que estás tan ensimismado en ajenas tareas que no sientes el tiempo, la vida... ¡Cómo hecho de menos el aburrimiento, los días interminables, esperando que pase algo! Si esperas, al menos hay una meta, un sueño, un ideal. ¿Qué sentido tiene vivir por vivir? ¿Qué sentido tiene ver el tiempo pasar sin consciencia, sin dolor? ¿Qué sentido tiene hacer las cosas sólo por entretenimiento o por dinero?

La verdadera vida es algo tan exótico que sólo está al alcance de unos pocos.

Al final todos nos especializamos, al final todos aspiramos a ser reconocidos en una pequeña área, a ser células y olvidarnos del duro ideal, de reptar entre los intersticios intentando comprender.

El potencial se esfuma con los anhelos de estrambóticos proyectos, todo parece un camino marcado... Caminante. Sí hay camino -y, con palmadas y empujones de los brazos sinuosos de la sociedad, te mantienes siempre dentro-.

Resacoso mirar el techo, sentir el vacío ensordecedor del aire solitario y el trajinar de las olas en las playas de inverno, sentarse en la pared del castillo para ver los coches hormiguear y las nubes pasar, litronas y porros en el parque, dibujar en la mesa o en un papel, dolor, soledad, sexo, ternura, misterio. Tiempo y silencio...

domingo, 21 de septiembre de 2008

Gilles Lipovetsky - “El ocaso del deber”

Interesante libro que defiende vivimos en una era post-moralista o del post-deber.

En el libro no hay diferenciación entre ética y moral, tal y como se definió en el post de este blog. A efectos prácticos son la misma cosa. Aunque podría identificarse la ética con los “valores humanistas” que se mencionan a menudo en el libro.

Con el término “moral” hace referencia al conjunto de principios e ideales que las sociedades adoptan con diferentes fines y causas. Y es que, en el escenario planteado por el autor, la sociedad post-moderna, la actual, no existen los valores supremos y, si existen, nadie está dispuesto a sacrificarse por ellos (o solo ciertas minorías).

¿Por qué ahora no hay moral? Sí que la hay, solo que es una moral utilitarista, que únicamente sirve al placer, a la búsqueda del máximo bienestar. En cierto modo es capitalismo aplicado a la moral: maximizar el placer (beneficio). “Si todos buscamos el placer (generar el mayor capital), todo el mundo se beneficiará, activa o pasivamente.” El máximo beneficio no es siempre lo más útil, o lo más eficiente, o lo más justo; así, el máximo placer no tiene porqué repercutir en la máxima felicidad, utilidad o justicia.


Analiza temas de candente actualidad (aborto, eutanasia, drogas, sexo, caridad) y cómo se relacionan con esta transvalorización de la moral.


La moral es solo un conjunto de normas que una sociedad adopta para favorecer las relaciones entre sus miembros y el ambiente que los rodea. ¡Qué importa si esas normas se han fijado en base a unos ideales o en base al máximo placer? Ambas formas de crear valores tienen su lado oscuro.


Los placeres son muy personales, muy dependientes, de la genética, la infancia, la educación... Sin embargo, a la hora de la verdad, están socialmente muy limitados. Quizá la seducción del placer a corto plazo nos impide ver la dictadura de la masa.

¿Somos superhombres que crean sus propios valores morales!


La moral actual va más allá del individuo, es una moral donde todo está justificado si con ello se obtiene placer, una moral que rechaza el sacrificio, el deber, que no cree en las prohibiciones, sino en las recomendaciones, en la higiene y la salud.

En el inicio del individualismo, el hombre era lo más importante y cada uno debía luchar y sacrificarse por mejorarse así mismo y la raza humana, acorde a unos principios humanistas o éticos.
Ahora ya no se cree en esos principios clásicos humanistas de conocimiento, caridad, sacrificio...
Ahora todo es más light, ahora no se redactan pecados, leyes o prohibiciones en base a esos principios, ahora todo se justifica con la reducción del gasto público, una vida más saludable, más higiénica, más cómoda, más útil, más segura... Los Estados se han dado cuenta de que esta técnica es más eficaz que no las leyes prohibitivas, los grandes castigos...

Y, así mirado, no parece un asunto tan malo, de un plumazo nos hemos librado de la posibilidad de una dictadura, mientras la sugestión siga funcionando mejor que el castigo y la prohibición... Los radicalismos e integrismos siguen existiendo y agitan la sociedad, pero es una agitación superficial que no altera el orden despreocupado, cómodo, pasivo...


¿Y la libertad? Ese objetivo se ha perdido arropado por la voluntad de masas. Se ha pasado de los ideales de “liberté, igualité y fraternité”, a una vuelta a valores más conservadores, eso sí, eliminando todo posible elemento de sufrimiento (Matrimonio sí, pero solo mientras dure el amor; Suicidio no, pero eutanasia y aborto sí; Trabajo duro, siempre que sea algo que nos guste;...)


Son muchos los autores que achacan la inexistencia de cohesión social, que ya no hay grandes movimientos, revoluciones... La búsqueda de placer es la vacuna. No, no existen ideales, hoy, más que nunca, no existe la esfera ideal de la que hablaba Platón. Solo existe lo inmediato, y se percibe en la forma de vivir, en la rapidez, en las nuevas enfermedades: estrés, ansiedad, anorexia, en el cine, el arte... Hemos dejado atrás la histeria del sentimiento de culpa.


Vivimos en un estado de bienestar, pero es solo eso, no hay felicidad, ni sueños... solo un extraño vacío inquieto.
 

 

miércoles, 9 de julio de 2008

Permacultura

Una mezcla de reciclaje, bricolaje, agricultura de autoabastecimiento, ingeniería y ecología.

La agricultura actual está concebida para maximizar los beneficios económicos, en lugar de maximizar el rendimiento de la producción y el objetivo último (alimentar a la población).

El permacultivo pretende acabar, en la medida de lo posible, con los intermediarios que, en el fondo, son los que mantienen esa estructura de máximos beneficios económicos. Cultivar lo más cerca posible de los lugares de consumo (las ciudades), cultivar en casa, aunque sea en maceta, en jardines, en parques, en cunetas... cualquier sitio puede ser apropiado para un determinado cultivo. En oposición a las grandes extensiones de monocultivo (cereales, soja, patata), donde el hombre se ve obligado a utilizar pesticidas y otras técnicas para acabar con las plagas, proponen un tipo de huerto muy curioso, que se autogestiona gracias a su propia complejidad (“equilibrio dinámico”, lo llaman). Gran variedad de plantas, todas juntas, en aparente caos, de forma que unas actúan como defensoras de otras, y con alimentos durante todo el año, porque cada planta lleva su propio ciclo de floración. Por supuesto, los animales domésticos pueden campar a sus anchas por este vergel, para cumplir con sus funciones naturales: comer gusanos, frutos podridos, escarbar...

Además, no menosprecian truquillos tipo bricomanía, para crear sus propios insecticidas naturales, o cualquier técnica que una el reciclaje y el conocimiento de la Naturaleza, para sacar el máximo rendimiento sin dañar el medio ambiente. Y siempre con la intención de reducir el trabajo. ¡Vaya pedazo de idea! ¡Vamos todos a permacultivar! Y que hagan huelga los de los camiones si quieren.

lunes, 30 de junio de 2008

Visca Espania!!!!

La selección Española ha ganado la copa de Europa. Y la población se ha vuelto muy patriota. Mi no comprender. No comprendo cómo han podido vender tan bien un espectáculo que apesta. A mí, sólo ver tantas banderas y adoradores de símbolos patrios me repugna. Me parece raro y estúpido el sentirse identificado con un grupo de niños pijos podridos de dinero cuyo mayor logro es jugar al football. Y luego están todas esas banderas rojas y amarillas que no sabe uno lo que representan ¿al Rey? ¿al Gobierno? ¿a los once niños? ¿al partido en el poder? ¿a los fachas?... ¿a los que pagamos impuestos en el Estado Español? Me ponen muy nervioso las banderas, los símbolos de culto en general, albergan conceptos abstractos y ambiguos, fácilmente manipulables con exhibiciones tan banales como un partido de fútbol, o alguna frase estúpida por la tv o la radio.

“¡Todos los españoles apoyamos a la selección! Y el que no razone de esa manera, obviamente, no es Español” Esta afirmación, absurda en sí misma, absurda para más gente en cuanto acabe esta fiebre footbolera. Negarla te puede costar incluso la vida (en un bar), o que te tachen de loco y antisocial (en entornos menos “instintivos”).

Bien, la selección ha ganado y yo no percibo ningún beneficio social. Mis impuestos serán los mismos, o incluso más: Porque esa gente no viaja en clase turista, ni duerme en sitios que no sean lo suficientemente caros.

Yo no tengo nada en contra del deporte del balón-pie, pero creo que lo de menos es el deporte, y sí mucha publicidad, comercio, política, caramelos para mantener entretenida a la masa, para crear Nación, para matar la conciencia social, para crear sentimiento de unión en una España que no tiene porqué existir más allá de la recaudación y administración de los impuestos.

Tampoco tengo nada en contra de los Estados, es una forma de organizar la riqueza como otra cualquiera. Lo que me repatea es que utilicen determinados símbolos para apoderarse de la cultura, enfrentar a los pueblos y segregar a la población. Desgraciadamente, esto ocurre allá donde haya banderas, himnos, reyes... Invadir reinos, anexionar territorios... esa es la historia de la humanidad y eso se hace con las armas o, más sutilmente, unificando culturas. Para al final ser un todo Global, mejor y más justo???

domingo, 8 de junio de 2008

Concierto Extremoduro (Getafe, 7 de Junio, 2008)


Nunca me sentí tan cómodo entre una masa ¿aborregada? de gente. Recitando sin titubear nuevos y viejos himnos, saltando, con las manos en alto, gritando... Todavía se me ponen los pelos de punta al recordar esa marea vibrando al mismo compás. Recupera uno la Fe en la raza humana: parece que no sólo los grupos que salen en la tele y en la radio tienen seguidores, parece que lo bueno también cala en la gente, y no sólo las chorradas que entretienen y dejan vacío al consumidor de cultura basura.

Para mí fue algo mítico:
  • Por los grupos que tocaron antes, sobre todo Doctor Deseo, aunque me fastidió fuesen tan breves (apenas 40 minutos), no es justo que se metan en el papel de meros teloneros. Pero bueno, la gente iba a ver a Extremoduro, y los otros grupos tenían estilos muy diferentes. Aún así, sonaron muy bien: Un equipo de sonido de puta madre y un espacio abierto enorme, sin ningún tipo de resonancia, ayudaron. Está bien que los grupos grandes den a conocer a otros. Además, esos otros, amenizan y preparan el ambiente para la guinda final. En ese sentido, Calaña y Doctor Deseo, se portaron.
  • Por la amplitud del estadio, con su césped, un montón de aseos (de esos portables) y sus puestos de bocatas y de cerveza a precios no excesivamente abusivos.
  • Porque hubo tiempo para la calma y estar tranquilo en el césped mientras tocaron Calaña y Doctor deseo. Y por la apoteosis final que fue “In crescendo” a medida que se sucedían las canciones de Extremo.
Había muy buen rollo, se respiraba amor e inocencia hasta en el consumo de alcohol y drogas. Jóvenes y no tan jóvenes, tías, tíos, padres, hermanos... todos contagiados por el mismo espíritu, aunque sólo fuera durante ese par de horas, ¡Ama! ¡Ama!... Y ensancha el alma!!
Extremoduro tiene algo que no tiene ningún otro grupo español, al menos conocido por mí: es el ritmo, la ideología, el espíritu, la rabia que todos sentimos y no sabemos por donde echar, el Amor y las ganas de acabar con tó. No es sólo la letra, no es sólo la música, es la habilidad, la libertad y el cuidado con que ambas se combinan.

jueves, 15 de mayo de 2008

A los que aman

Un ideal es una cosa tonta, una obcecación, una manía y una superstición de un grupo determinado. Pero sacrificarse por un ideal honra al que lo hace. Al que no se vende por dinero, al que no se arrastra ante nadie por ganar un determinado bienestar, al que desprecia su bienestar en favor de esa idea que comparte con los demás...


¿Y los hombres bomba? ¿Y los que asesinan reclamando libertad independencia? ¿Y los exterminadores de razas? ¿Qué tipo de ideal es ese que exige el sacrificio de los demás? Lo que marca la diferencia entre los ideales “buenos” y los “malos”, es que los primeros exigen un sacrificio propio mientras que en los segundos el sacrificio es ajeno. Así, no hay cabida a ideales contrapuestos porque el ideal es bueno para todos y no atiende a intereses particulares.


Y es que, los ideales, no están al alcance de todos, se ven como una estupidez, en un mundo donde todo se compra y se vende, en un mundo donde no existe identidad de grupo, en un mundo atomizado donde lo que prima es salvar cada uno su culo. En un primer mundo de cobardes, donde nadie quiere abandonar su privilegiada y llena de banalidades posición.


Sí, tener un ideal es realmente incómodo. Sin embargo, hay quien sostiene que la verdadera felicidad reside en darse a los demás. Que no es más feliz el que más tiene, sino el que verdaderamente se siente dentro de una comunidad, ya sea familia, amigos, sindikato, grupo musikal, humanidad... el que da, el que comparte, y no por un cierto bienestar a corto plazo, sino por la permanencia en la consciencia de los demás.


Cuando digo los demás, me refiero al conjunto de la humanidad, no a los que son como yo o viven cerca de mí... porque eso es como pensar en uno mismo.


Un ideal, es en sí, la pertenencia a un grupo, sin esperar nada a cambio. El que traiciona un ideal está traicionando al grupo.


Si no hay grupo, no hay ideal, sólo obcecación, superstición, orgullo... que no tiene porqué ser mal asunto, simplemente es otra historia.


Los que no se dejan manipular, los que ponen la otra mejilla, los que golpean a los que abusan de los demás, los que remueven conciencias, los que denuncian injusticias, los Quijotes que se echan al monte a desfacer entuertos y ayudar a los menesterosos... Todos ellos gozan de mi más sincera y profunda admiración.

domingo, 6 de abril de 2008

Estética, trabajo y kapital

Una vida estética:
Muchos dicen que si la ética, que si la moral, la razón, el dinero, los amigos, la religión.... ¡Adornos nada más!
Todo es Estética?
Está la estética del facha, del ácrata, el demócrata, el heavy, el hippy, el friky... Somos extraños seres que adhieren objetos, ideas, canciones... a su existir. Y el adherir o no, sólo depende de una tendencia estética, y esta es tan irracional, tan caprichosa...

Después de muchas entrevistas, lo conseguí, encontré trabajo. Pero no me siento diferente, bueno un poco sí: ahora madrugo todos los días, me afeito todas las semanas, ya no tengo tanto tiempo libre...
Soy un currante, una herramienta más del capitalismo. Dicho así parece que soy muy poca cosa. Pero yo soy Todo, todo menos poca cosa. Y qué más da! Si yo sólo quiero mantener mi identidad, mi imagen, mi ética y mi estética. No me gustan las prisas, ni los atascos, ni mirar por encima del hombro. Lo que quiero es hacer lo que me gusta, no... no me da envidia el dinero... quizá algunas veces... pero es que la carne es débil y la envidia libre, como el miedo.
Me traiciona el subconsciente: me dice tantas cosas... y me da tan pocas razones que no sé decirle que no. Y me corroe la impaciencia, siempre esperando algo, siempre de viaje, siempre en estado transitorio... hasta la muerte, claro.
No quiero saber del mundo...
mejor unos versos
de los que no llevan rumbo
de los que propician besos.

domingo, 9 de marzo de 2008

Caótica Ana



Julio Medem: me gustan todas sus películas. Tienen esa cosa que dices: -Esta peli la ha hecho este tío.- Pero siempre me sorprende, y eso me gusta, me gusta la sorpresa.


La historia gira en torno a las mujeres, pero no las mujeres como objeto de deseo sexual o como provocación de ese mismo deseo, que también se deja ver en sensuales escenas a lo largo de toda la película, sino como generadoras de vida, como madres de la humanidad.
Plantea el tema del matriarcado como solución a un mundo lleno de miserias por la acción belicosa de los hombres masculinos. Esto hace que en el espectador varón se desate cierto sentimiento de rechazo, sobre todo en aquellos que asociamos intrínsecamente mujeres con prensa rosa, telenovelas, mentiras, montajes, manipulaciones, amamantar a los hijos... sí, seres tan cobardes nunca irían a la guerra. Por otro lado, cabe reparar en que una visión más femenina del mundo no vendría mal; en lugar de tanta belicosidad, ansia de poder, libertad, saber... mejor un poquito más de vida familiar.


Lo peor de la peli, en mi humilde opinión: los actores. No sé... no resultan creíbles. Quizá no sea sólo por los actores, sino por los personajes demasiado simplificados, muy esquematizados. Porque todo gira entorno a ideas y no personas?


Lo mejor: la imagen, la música. Las imágenes de las películas de este director siempre tienen algo de mágicas, oníricas...

El bosque animado

No esperaba mucho de este libro, había oído hablar muy bien de él... por eso me extrañó encontrar algo tan bello. Porque, sobre todas las cosas, es bello, es pura poesía, tanto por su lenguaje como por las imágenes que evoca. Pero además de eso, es divertido, con un humor oscuro, porque aborda con cómica y despreocupada perspectiva dramáticos aspectos. Es enternecedor, surrealista, animista, costumbrista, utópico, ecologista... tantas cosas en un puñado de papeles.


No es una novela, no al menos una novela normal, de esas que enganchan con artilugios de sobra conocidos. Está formado por numerosos relatos que giran alrededor de una fraga, la fraga de Cecebre. Uno tiene la impresión de estar ante una obra maestra, una obra de ingeniería donde cada palabra e idea ocupan un lugar estratégico. No es este un formato de mucho éxito hoy en día, cuando la gente busca una lectura liviana, que implique una inmersión rápida en la historia, porque no se dispone, o no se dedica, mucho tiempo a la lectura.


Es una ventana a otro mundo, un mundo rural, lleno de encanto y desgracias. Pero las desgracias son tan naturales que embellecen el conjunto y aportan ese toque melodramático que sacude y estremece el alma.




-Ya sé qué es lo que me gusta de los pueblos y que no tienen las ciudades, ni los pueblos de alrededor de las ciudades. Es, el contacto con la naturaleza, o la forma en que el pueblo se integra en la naturaleza, la utiliza, la moldea y la conserva. Porque aunque se trate de una ciudad pequeña, ésta se apodera de todo y expulsa la naturaleza de sus dominios. Luego puede intentar integrarla dentro de sí, pero ya sólo se consiguen parques y jardines y se convierte en un mero adorno. Y no sirve aferrarse a la vida social: "Esto es como un pueblo, nos conocemos todos." Os conocéis todos pero eso no es un pueblo.

El cine español y el control estatal de la cultura

Muchos dicen que el cine español es malo. Yo creo que sólo lo es cuando intenta imitar al americano.


Muchos se oponen a subvencionar el cine, o la cultura en general. A mí me parece mejor que se subvencione a que desaparezca. Porque soy un amante de la variedad. Y en España, en general, tenemos un cine muy variado y representativo de las diferentes identidades, miedos, complejos e ideologías que circulan por este nuestro terruño. En una peli estándar americana, los personajes son eso: americanos, y tienen sus costumbres y miran al mundo desde su particular balcón, tienen sus hitos de referencia, sus paisajes, su ritmo de vida...


Que se subvencione, pero que permanezca independiente. Que se mantenga independiente es posible porque, de todos es sabido, es un cine minoritario. Pero ya le gustaría al Estado, o a las comunidades que aspiran a serlo, difundir sus mensajes identitarios, a masas aborregadas, por las salas de todos los cines. Porque esa es la misión de los Estados: que todos seamos iguales. Como la economía ya no la controlan Ellos, sólo aspiran a administrar las costumbres y la cultura. Esa es la forma de crear Estado.
Para una vez que el Estado corrige una imperfección de mercado, dejarlo que subvencione!




La educación púbica es muy importante y muy buena, pero se ha depositado demasiada responsabilidad en ella. Lo cual resulta normal, porque en estos tiempos modernos, los padres no tienen tiempo de educar a sus hijos. Y los Estados y las empresas han ocupado este nicho, han aprovechado para inmiscuirse en los programas de estudio y crear un pueblo educado a su medida.


Yo seré Español... no me queda más remedio, pero ningún Estado debería obligarme a respetar ningún tipo de símbolo, ni a ningún tipo de persona más que a otra, por muy Real que sea, ni tampoco tiene derecho a decidir qué conducta es perniciosa para mí, ni cual es mi lengua o mi religión oficial, tampoco debería existir un cuerpo policial para hostigar a los ciudadanos que no creen en el Sistema. Porque los Estados, en teoría, los crean los pueblos para que administren sus impuestos, su excedente monetario, para tener una serie de servicios básicos que garanticen un cierto bienestar y para corregir las imperfecciones del mercado. Son una creación del pueblo al servicio del pueblo. Pero esta idea es demasiado inocente, porque las cosas no funcionan así, y los Estados democráticos no son más que otra forma de gobierno autoritaria, al servicio de los que tienen dinero, asociados por intereses comunes y apoyados en el voto de la mayoría, que consiguen con sus medios de educación planos, sus medios de comunicación monotemáticos y su moral para esclavos.


Yo quería hablar de “alas de mariposa” y mira donde he acabado.