martes, 11 de diciembre de 2018

De la hipertrofia de derechas a izquierdas canijas

Hace unos días se revelaron los resultados de las elecciones andaluzas... Y todo el país se llevó las manos a la cabeza cuando vieron la gran cantidad de votos obtenidos por VOX (un partido político considerado de extrema derecha).
Y es que, VOX, se ha atrevido a hacer explícitas pulsiones que ya estaban latentes entre los principales partidos a la derecha del espectro político. Tanto en el ámbito de lo económico como de lo moral y cultural.

Ciudadanos, como gran defensor del neoliberalismo económico, ya lleva tiempo tratando de erosionar el raquítico estado de bienestar. En favor de un estado dirigido por la iniciativa privada. El PP y el PSOE ya habían conseguido erosionar ese estado con sus continuos casos de corrupción y con la externalización de servicios y concesiones a grandes empresas privadas.
Así que, en su discurso económico, VOX, no aporta ninguna novedad. Lo único que hace es señalar esa dirección, sin ningún tipo de remilgos: -Lo privado es más eficiente, está exento de burocracia y ofrece calidades adaptadas a todos los bolsillos.
La tendencia general, a nivel mundial, parece ser la de seguir ahondando en un capitalismo de consumo, con escasas restricciones al libre mercado. Así que, todos estos partidos van en la buena dirección: en la dirección que marcan los grandes grupos financieros, controlados por unas pequeñas élites que escenifican sus juegos financieros en el gran tablero global.

En el plano moral y cultural es donde más se diferencia VOX. Realiza una apuesta clara por los valores del nacional catolicismo franquista. Que se podía ya descubrir en los sectores más rancios del PP, pero que no se atrevían a manifestar tan abiertamente, quizá por no levantar la sospecha de que el PP seguía siendo el brazo democrático de las élites de la dictadura.
VOX, además, añade su toque racista, para simpatizar con las clases bajas: aquellas que conviven más estrechamente con la inmigración. Y un toque misógino, como contrapartida a todas las políticas en favor de la igualdad de género que se vienen desarrollando, en mayor o menor medida, por los dos grandes partidos que se alternan en el poder. Estas políticas de igualdad parecen haber ofendido al hombre blanco heterosexual.

Quizá, lo que más ha popularizado a VOX, haya sido el "conflicto catalán". Y su apuesta por "Una grande y libre": "España no se rompe"; "Hay que luchar contra los golpistas independentistas"...
La verdad que han desplegado una simbología muy potente. Han hecho suyo el lema de "¡A por ellos, oé!" y han ensalzado los cuerpos y fuerzas de "seguridad" (represión) del Estado, y todo su aparato legal de crimen y castigo.

Así que, sí, VOX reúne todos los requisitos para ser un partido de derechas. Ellos se siente orgullosos pregonándolo y, las izquierdas (y el centro), se sienten aliviados al poder señalar a tan peligroso enemigo de la democracia... Quizá, pasando un poco por encima el hecho de que VOX está jugando a la democracia representativa, igual que ellos, aunque no estén de acuerdo con sus propuestas políticas. Y el juego democrático parece que se les da bastante bien a las derechas (más o menos extremas). Ya existen numerosos casos de éxito fuera de nuestras fronteras: Donald Trump en EEUU, Marine Le Pen en Francia, Bolsonaro en Brasil...

En el caso de las elecciones andaluzas, lo que sorprendió fue que, entre los tres partidos que se consideran abiertamente de derechas (PP, Ciudadanos y VOX), obtuvieran mayoría parlamentaria. Por primera vez desde la muerte del dictador. Mientras que el PSOE se llevaba el gran batacazo (ya no podrá seguir gobernando en Andalucía) y las confluencias de izquierda (Izquierda Unida y Podemos) perdía algunos de sus votos.

Para muchos, lo ocurrido en Andalucía es preludio de lo que podría ocurrir en las elecciones generales. Y todos quieren aprender de esta experiencia.
Quizá, lo más significativo, es que la derecha, tradicionalmente representada por un único partido (el PP, los herederos de los que ganaron la Guerra Civil), se encuentre más fragmentada que nunca y que, a pesar de esa fragmentación, haya cobrado fuerza. Vamos, que han tenido éxito haciendo justo lo contrario que han hecho las izquierdas con su reagrupación (Podemos + Izquierda Unida: un conglomerado descafeinado de socialdemocracia).
Mientras, el PSOE se ha quedado en tierra de nadie, en una posición de derechas en lo económico y cierto progresismo de izquierdas en lo moral ("Todo por el pueblo, pero sin el pueblo").

La derecha ha ganado posiciones con su radicalismo. Y la izquierda las ha perdido con su afán de girar al centro, tratando de complacer a las élites, a la vez que hace concesiones a las masas de trabajadores y desempleados. La izquierda se ha acomodado: a sus escaños, a sus posiciones en las diferentes instituciones del Estado... Y, en ese acomodo, las grandes fortunas le han ganado la partida. Aumentado la desigualdad hasta el punto en que: los mileuristas se han convertido en la nueva clase media y, los funcionarios de tipo C, en la nueva burguesía. Sostenidos, todos ellos, por una masa de precarios e inmigrantes, apremiados a trabajar bajo la amenaza del paro y la exclusión social.

Así que, si las izquierdas siguen defendiendo sus posiciones elitistas de gobernantes, dirigentes y cargos públicos, frente a una masa de ciudadanos pasivos. Todavía tiene muchos votos que perder, porque a elitistas no pueden ganar a VOX.

Si hay hueco para la ultraderecha, tiene que haberlo también para otras izquierdas, unas que defiendan un mundo más justo para todos, más participativo, menos penoso... Un mejor mundo posible, más allá del capitalismo de consumo y más allá de la democracia representativa. Un mundo donde "nadie escupa sangre para que otro viva mejor".
Un objetivo muy ambicioso pero, al menos, algo que no nos arroje a un fascismo 2.0: un fascismo votado.

Imagen extraída de la revista de humor "El Jueves": Santiago Abascal quiere limpiar España de Pokémons Y combinada con "Communist Valor!" de Knackebruh

"No imaginarias todo el beneficio 
que sale de ese precipicio 
llamado trabajo 
al que vas cada día.
Esto es sencillo:
no toleramos ni hoces ni martillos.
Siete gritones de muertos por el comunismo.
Y tenemos un plan:
Santiago Abascal montado en Charizard"
Fragmento de "Napalm de libre mercado" - Sons Of Aguirre & Scila

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