El otro día, estaba escuchando uno de
los seminarios que imparte la profesora Teresa Oñate, en la UNED,
sobre historia de la Filosofía. Es verdad que también había leído
sobre algunos de los clásicos: Parménides, Pitágoras, Platón... Así
que, poco a poco, fui descubriendo que yo estaba lleno de prejuicios,
prejuicios que se habían ido forjando desde hacía más de 2000 años. Y, no
sólo eso, comprendí que mi concepción del mundo estaba basada en "Creencias", esas de las que decía haberme desprendido cuando dejé a
Dios tirado en cualquier cuneta. Fue un desgarrarse de la realidad,
todas aquellas cosas que Nietzsche decía sobre la muerte de Dios, la
moral del esclavo... empezaban a salir de entre la niebla y eran cada vez
más nítidas.
Vivimos en una sociedad muy violenta,
no hace falta más que mirar los noticiarios, o incluso echar la
vista alrededor, reparar y fijarse: guerras, delitos, desigualdad,
discusiones, opresión... Nuestro lenguaje está lleno de violencia, y
no sólo las palabras, sino también el discurso con que construimos el
esquema de nuestra realidad y de la historia: batallas, dominaciones, revueltas, revoluciones... Incluso
nuestra ciencia y tecnología: sumisión de la Naturaleza,
alteración del paisaje, exterminio... Realmente, no debería
sorprendernos la injusticia o la tiranía de los más fuertes, o los
más ricos. Seguimos siendo esclavos y hablamos como esclavos,
hablamos el lenguaje de nuestros señores, el lenguaje económico, el
lenguaje técnico.
Es curioso, cómo estamos atrapados
dentro de un presente que no nos gusta y nos remitimos al ideal, al
futuro, ese que nunca se hará completo: Cuando acabe la crisis todos
tendremos dinero y trabajo, pero sólo hasta la siguiente crisis y no
todos... ¡Pedazo de ideal!! Sí, creo que hasta nos han robado
la capacidad de soñar, que estamos en una sociedad que sólo espera
estar como está, con más dinero y más consumo cada vez. ¿Y la
injusticia, la desigualdad, el hambre, el abuso? El ideal cristiano
al menos te prometía el Cielo a costa de ser bueno. Ahora hay que
ganar dinero para tener mucho. Qué decepción! Realmente, Nietzsche
fue demasiado optimista al pensar que seguíamos manteniendo la moral
cristiana a pesar de no creer en Dios. Pero ha sido peor, no creemos
en Dios, no tenemos ninguna norma moral y no tenemos un objetivo como
sociedad. Quién iba a pensar que el capitalismo y el consumismo
iban a tener tal efecto?
¿En qué momento elegimos el camino
que nos llevaría a la situación actual? La filosofía postmoderna
señala algunos de los problemas. Uno de ellos es nuestra propia
concepción de la historia como una historia de superación, de
avance. De forma que todas las sociedades anteriores, o las que viven
como lo hacían las anteriores, son primitivas, no tienen nada que
aportar, están obsoletas, superadas, muertas. No hay opción a
decir - ¡Uy! Aquello que decía Heráclito no estaba tan mal.
Deberíamos probar a coger ese camino y ver qué pasa? - Pero eso es
imposible, porque elegimos el camino del Platón pitagorizado y, ahora,
lo demás es incorrecto.
Otro problema que señala, es el haber
aplicado la racionalidad científico-técnica a todos los ámbitos del vivir: política, moral, teología... Y esta racionalidad no tiene
como fin el conocimiento, la diversión, la felicidad o cualquier
cosa agradable, sino, la dominación y el sometimiento de la
Naturaleza a la arbitrariedad humana. ¡Ahí está la raíz de la
violencia!
A partir de aquí, es más fácil
entender por qué algunos autores como Foucault, reclaman el hacer de
la vida una obra de arte. El pensar la vida desde el discurso del
arte. Porque la forma en que nos organizamos los humanos es algo
elegible, aunque estemos acostumbrados a verlo como algo dado.
Sólo la naturaleza es así y no puede ser de otra manera, por eso funciona tan bien en ese ámbito la razón práctica, el método científico.
Sólo la naturaleza es así y no puede ser de otra manera, por eso funciona tan bien en ese ámbito la razón práctica, el método científico.
En contra de lo que decían los
científicos de la 3ª cultura, su lenguaje es el que ha dominado la
historia. El arte, la literatura, han quedado para los Domingos, para
el tiempo de no trabajo.
Por eso reclamo ser torero
de los que pasean por las plazas de los pueblos,
capote en mano y en la cabeza un sueño.
Con la muerte en los talones
y la amenaza de las tripas al suelo.
Quizá flamenco,
rock-star quijotesco,
o gurú de lo esotérico,
pero siempre cerca de lo bello.
Quizá flamenco,
rock-star quijotesco,
o gurú de lo esotérico,
pero siempre cerca de lo bello.
La locura del que no le importan los galones,
del soñador por un puñado de dólares,
del esteta hacia su perfección y grandeza.
Lo terrible y doloroso en conspiración manifiesta,
contra una sociedad que se mutila en el altar de la violencia.
"Aquello con lo que más trato tienen continuamente, el lógos que lo gobierna todo, de eso se apartan, y aquello con lo que se encuentran cada día, eso les parece extraño." Heráclito de ÉfesoLo terrible y doloroso en conspiración manifiesta,
contra una sociedad que se mutila en el altar de la violencia.