viernes, 11 de diciembre de 2009
A raíz del Individualismo responsable
Entiendo que utilizas el término "individualismo" como la tendencia del ser humano a obrar considerándose a si mismo e ignorando a los demás, y el término "responsable" como la capacidad de tomar las decisiones adecuadas, tras reflexión y evaluación. Desde ese punto de vista, la teoría económica afirma que el común de los mortales (excluyo a los locos y dementes) actúan de forma individual, decidiendo lo que le resulta más conveniente para ellos, a partir de la limitada información que poseen -y sujeto desviaciones cognitivas que le pueden inducir a evaluar incorrectamente-. A pesar de esas limitaciones, el individuo obra siempre responsablemente en busca de su propio interés, por lo que el individualismo responsable, no solo existe, si no que es más general y común que el individualismo irresponsable.
No en vano, y conociéndonos como nos conocemos, entiendo que te refieres a ese tema mucho más farragoso del individualismo socialmente responsable, lo cual, plantea, aparentemente una dicotomía inmediata, no por contradicción entre los términos individualismo y responsable, sino por la contraposición entre individuo y social. En pura teoría, el individuo es socialmente responsable en la medida que es responsable consigo mismo, es decir, es individualista. El problema de la responsabilidad social radica en que el individuo es incapaz de evaluar correctamente el impacto de sus actos y en qué medida debería modularlos para evitarlo, al carecer de una función de coste adecuada que sería, en última instancia, la parte alícuota del coste social que él sufre de forma directa. Dado que carece de información ajustada, se deja llevar por sus desviaciones cognitivas, prefiriendo quizás una uva orgánica cultivada en Galicia a una uva más industrial del Penedés, sin tener en cuenta que el coste del transporte de la uva gallega hasta Barcelona, supone mayor coste social, con lo que un comportamiento aparentemente responsable desde un punto de vista social no lo es realmente. ¿Por qué? Porque el ser humano, seamos sinceros, solo puede soñar con tomar decisiones cercanas al óptimo, cuando actúa de forma individualista, evaluando su propia utilidad y el coste. En la medida en que el coste social se repercuta en el coste percibido, el individualismo del ser humano será socialmente responsable.
Señor Anarquía:
Entiendo por individualismo el comportamiento del hombre en beneficio de su propio interés individual o de sus seres más cercanos (ahí estamos bastante cerca)
La definición de responsable sería algo más compleja porque para ser responsable hay que serlo respecto a algún fin, principio, ley, ideal... , bien sea el principio de individualismo, el modelo económico, el beneficio de la sociedad ...
Cuando me referí al "Individualismo responsable" estaba pensando concretamente en el ideal individualista que impera en las sociedades modernas y democráticas del primer mundo y que se ve claramente reflejado en su modelo económico capitalista, donde buscar el beneficio de uno mismo genera riqueza y esa riqueza no es sólo buena para ti sino que también lo es para el resto del sistema. Con lo que nuestro papel y nuestro referente moral y ético dentro de la sociedad sería el de un producto que se autogestiona y, en base a su interés individual, toma decisiones responsables que le resultan beneficiosas.
Increíble, pero cierto: me estaba refiriendo a ese individualismo responsable de la teoría económica.
Hasta aquí todo es bonito, el problema es que el individualismo responsable no es aplicable al conjunto del planeta. Ya que a la vez que resulta provechoso en los individuos productivos del primer mundo (los cuales tienen sus necesidades básicas cubiertas) ignora los problemas que genera a su alrededor, hasta que no le afectan directamente. Por tanto, permite que a su alrededor crezcan (incluso me atrevería a decir que instiga) la miseria, marginación, guerras, contaminación, movimientos sociales opuestos...
Porque la responsabilidad (la del individualismo responsable) es responsabilidad democrática: y, cuando el individualismo no avanza en la misma dirección que el de la moyoría, resulta que se es un marginado, un proscrito, una anomalía que se deja fuera del Sistema. Por tanto, sólo se puede ser individualista dentro del ámbito de la mayoría, con lo que quedaría en entredicho el concepto mismo de individualismo. Ser responsable con tu individualismo podría llevarte fuera del Sistema, al igual que te llevaría el ser responsable con el conjunto de la sociedad (global-mundial). Y, al final, la conclusión sería que el individualismo responsable es sólo el modelo de vida válido y deseable en el actual momento histórico -y en nuestra pequeña porción de planeta-, además de una perfecta escusa para no sacar la cabeza fuera y mantenernos ocupados, sin necesidad de preocuparnos por los grandes ideales humanistas y sin ningún remordimiento porque el individuo sólo es culpable de sus actos individuales.
Estoy de acuerdo en que tomar decisiones socialmente responsables es más difícil que tomar decisiones individualmente responsables (nunca se dispone de toda la información, menos cuanto más abarcas) probablemente en ninguno de los dos casos dichas decisiones serán óptimas. Yo creo que sería posible una forma de vida socialmente responsable, aun implicando sacrificar el interés individual. Sólo hay que....
Señor Capital:
En verdad te digo que tienes más razón que un santo.
Como en otras muchas ocasiones, coincidimos completamente al detectar el problema aunque nos desviamos en el diagnóstico y nos confrontamos, por tanto, en la solución.
En realidad, no es cierto que el modelo capitalista cree miseria a su alrededor por lo que tiene de liberal, sino que lo hace por lo que le falta. Y es que ser liberal y fomentar el libre comercio es muy fácil de palabra, aunque difícil de acto.
De acto, es mucho más sencillo el proteccionismo, porque además resulta más evidente y autodemostrativo (aunque nuestro primer razonamiento nos engañe, una vez más). La verdad es que se hace uso de un elemento externo al mecanismo de mercado, la fuerza (ya sea militar, política y económica) para favorecer el status quo.
La miseria, a nivel mundial, la crean este tipo de comportamientos que coartan la libertad para comprar y vender, la libertad para trabajar o la libertad para instalar una empresa en cualquier lugar del mundo.
La experiencia demuestra que el dinero, dejado en libertad, fluye de las regiones más ricas a las más pobres. Lamentablemente, muchas veces ese dinero acaba en manos de los poderosos de los países del tercer mundo donde, una vez más, ni existe libertad, ni existe, propiamente dicho, capitalismo. Y es que la democracia y la libertad humana son condición indispensable para el desarrollo económico justo y verdadero. Son en realidad dos caras de la misma moneda, pues limita la capacidad del poderoso a imponerse libremente al débil y favorece una relación económica 'algo más equilibrada', permitiendo hacer valer sus cartas.
No olvidemos, sin embargo, que el progreso económico, como demuestra la experiencia, es algo que fluye de forma lenta. Las sociedades mejoran económicamente de generación en generación y no de año en año.
Por tanto, en mi opinión, lo que realmente necesita este planeta es más libertad y más democracia, para permitir que más y más gente pueda actuar de forma individualista.
Podría estar de acuerdo contigo en el planteamiento de que, a veces, merece la pena sacrificar el interés individual en favor el interés social. El problema de eso es, como siempre, que no es posible decidir cómo, ni qué, ha de hacerse y, por tanto, siempre nos alejaría del óptimo social, en lugar de acercarnos.
Es, por otra parte, pretender socializar a un tiburón. Tendemos a pensar que como somos seres racionales, tenemos pleno control de nuestra naturaleza y de la naturaleza de las instituciones sociales que creamos, como el mercado o la economía. En realidad nos equivocamos en ambas. El hombre es como es por naturaleza, racional, sí, pero egoísta desde que el primer nómada decidió establecerse, cultivar, cercar su finca y decir: "esto es mío". Y es que, en última instancia, la propiedad privada es el ingrediente primero de nuestra libertad individual. Allá donde no haya propiedad privada no puede haber libertad, por que sin ella eres un siervo, un mantenido o un esclavo. Y el mercado es el resultado caótico del conjunto de interrelaciones personales diarias y cotidianas llevadas a cabo por 6.000 millones de personas en todo momento.
No quiero dejar pasar la ocasión de señalar que muchos de los problemas que aquejan a nuestra sociedad también se deben al estado del bienestar. Generación tras generación, en los países del primer mundo, hemos construido una burbuja estatal que creemos nos protege de todo mal. Hemos construido una superniñera que vela por nosotros día y noche. Le hemos entregado parte de nuestra libertad, a cambio de algo de seguridad y comodidad. Y eso nos lleva a ver una sociedad dormida, aletargada, que va de casa al curro y del curro a casa, solo preocupada por la hipoteca, las vacaciones, el coche y con qué coño va a pasar con la TDT, a ver si al final me quedo sin fútbol.
Vivimos en un estado acostumbrado a asumir por nosotros los costes sociales, en vez de dejar que estos se abran paso hasta nosotros, hasta que, de repente, el muro no puede más y se nos viene todo encima. Fomentamos industrias locales ruinosas para evitar el mal trago de despedir a 5.000 mediante subvenciones, créditos y demás, hasta que, al final, el espejismo se desvanece. Los 5.000 se van a la calle tras años perdidos que deberían haber sido utilizados en buscar alternativas e invertir en el futuro, en vez de mantener vivo el pasado.
Y es que, en mi opinión, es posible ser individualista y pensar en los demás a la vez. Tan solo hay que educarnos en el pensamiento de que nosotros también somos los demás y que, por tanto, una parte de ese coste que asumen los demás, lo asumimos nosotros también. No hay más que ser inteligente, procurar que los costes lleguen a la gente y dejar que decidan. Esa es la manera de tomar decisiones socialmente responsables, cualquier otra, es jugar a adivino o a leer los posos del café.
Ya sabemos que el capitalismo no es perfecto, es más, es enormemente imperfecto (a la espera de que inventen algo mejor). Sin embargo, muchas veces nos equivocamos al identificar que elementos del mix estado-mercado, libertad-proteccionismo son los que causan la avería. Porque es cierto que el capitalismo se vende como liberalismo y bla bla bla. Pero eso es solo cuando le favorece a los poderosos. Cuando no, entonces es proteccionista y maquiavélico.
Pero no nos engañemos. desde el principio de los tiempos, los sistemas políticos y económicos se construyen para favorecer al poder, incluido los marxismos y socialismos de todo tipo.
Lo que pasa es que el binomio capitalismo-democracia nos juega una mala pasada porque, en cierta medida, nos deja ver las miserias y desgracias que otros regímenes ocultan con eficacia. Si no el discurso del cubano de turno criticando la miseria del sistema médico americano.
Señor Anarquía:
En verdad, comparto contigo la mayoría de ideas. Sin embargo, mi visión global no es tanto económica como moral.
Es cierto que el capitalismo puro y duro no es perfecto, porque para su funcionamiento requiere un individualismo responsable y el ser humano no es ni individualista, ni responsable, más bien es gregario y, a menudo, irresponsable.
En cuanto a los Estados, seguramente son aún peor que el capitalismo, al menos el fin último del capitalismo es generar beneficio económico, mientras que los Estados se mueven por afán de poder y control, metiendo sus enormes narices en sitios donde nadie les llama, utilizando todo el poder que los ciudadanos depositamos en ellos.
Por tanto, tenemos un sistema económico (capitalismo), que se encargaría de administrar el excedente, y un Estado para defendernos de nuestra irracionalidad y garantizar los servicios que el capitalismo no es capaz de cubrir. Todo esto, para alcanzar un estado de mayor bienestar y, quizá, el que algún día todos seamos ociosos, libres, felices y podamos dedicarnos a discutir sobre política, economía, moral, cultivos de patatas... vamos, que no habrá trabajo sucio.
Lo que yo creo es que, ni el Capitalismo, ni los Estados, están cumpliendo con su función, y no me refiero sólo a la miseria del tercer mundo, sino que, de alguna manera, atentan contra la propia población que los sostiene. Quizá el hombre está condenado a padecer siempre miseria, a estar siempre en constante lucha. Quizá hemos confiado demasiado en instituciones que nos han venido dadas desde tiempos inmemoriales y se han hecho tan grandes y poderosas que nada las puede controlar. Al final todo queda atado y bien atado: cada uno al lugar que le toca, consumiendo cosas que no necesita, absorbiendo datos que no ha pedido y sin salida del sistema, porque el sistema lo invade todo. Todo esto, conduce a un estado de aletargamiento, de pasividad ante el estado de los demás o de absorción por el trabajo, sin fin aparente. Quizá por eso hoy los grandes males de la sociedad se llaman depresión, estrés... Si ya tenemos nuestras necesidades básicas más que cubiertas ¿Porqué somos incapaces de preocuparnos por el resto de individuos del planeta?
Hoy, curiosamente, ha salido una noticia en el telediario de la 2 de un economista hablando de su teoría económica "El capitalismo con corazón" (http://themonfortplan.com) que, para mí, tiene mucho que ver con el individualismo responsable.
Dejar que las cosas vayan bien, confiando en la buena voluntad de las personas, es cuestión difícil, más en los tiempos que corren, donde interactúan multitud de culturas que parten de condiciones económicas y sociales muy distintas. No existe un modelo de buena conducta global, porque está claro que los derechos humanos no se respetan y no hablemos ya del medio ambiente. Yendo aún más lejos, me atrevería a decir que no existe un modelo de buena conducta particular para occidente, donde la moral dominante es la que se ha desarrollado en torno al capitalismo y al consumo de masas: todo vale para obtener beneficios y, aunque no todo valga, todo se mide en beneficio económico y, si no tiene valor en dinero, es que realmente no tiene valor. Todos los días saltan casos de corrupción en los medios, personas que nunca devuelven el dinero, que no sienten culpa y que, a menudo, escapan de la justicia, quizá no sólo porque la justicia también tiene un precio, sino porque la sociedad no tiene autoridad moral para decir - "Yo en su lugar no hubiese actuado así".
Realmente el capitalismo no me parece mal modelo, lo que hecho en falta es un modelo de conducta, que no tiene porqué ser una ley inquebrantable, las leyes ya están y son claras, aunque haya quien se las pase por el forro. Una especie de religión, un ideal, algo que poder mostrar con orgullo al resto de la humanidad sin que tenga un valor monetario.
domingo, 18 de enero de 2009
Bagatela, La Voluntad, paisaje
domingo, 21 de septiembre de 2008
Gilles Lipovetsky - “El ocaso del deber”
Ahora ya no se cree en esos principios clásicos humanistas de conocimiento, caridad, sacrificio...
Ahora todo es más light, ahora no se redactan pecados, leyes o prohibiciones en base a esos principios, ahora todo se justifica con la reducción del gasto público, una vida más saludable, más higiénica, más cómoda, más útil, más segura... Los Estados se han dado cuenta de que esta técnica es más eficaz que no las leyes prohibitivas, los grandes castigos...
jueves, 15 de mayo de 2008
A los que aman
Un ideal es una cosa tonta, una obcecación, una manía y una superstición de un grupo determinado. Pero sacrificarse por un ideal honra al que lo hace. Al que no se vende por dinero, al que no se arrastra ante nadie por ganar un determinado bienestar, al que desprecia su bienestar en favor de esa idea que comparte con los demás...
¿Y los hombres bomba? ¿Y los que asesinan reclamando libertad independencia? ¿Y los exterminadores de razas? ¿Qué tipo de ideal es ese que exige el sacrificio de los demás? Lo que marca la diferencia entre los ideales “buenos” y los “malos”, es que los primeros exigen un sacrificio propio mientras que en los segundos el sacrificio es ajeno. Así, no hay cabida a ideales contrapuestos porque el ideal es bueno para todos y no atiende a intereses particulares.
Y es que, los ideales, no están al alcance de todos, se ven como una estupidez, en un mundo donde todo se compra y se vende, en un mundo donde no existe identidad de grupo, en un mundo atomizado donde lo que prima es salvar cada uno su culo. En un primer mundo de cobardes, donde nadie quiere abandonar su privilegiada y llena de banalidades posición.
Sí, tener un ideal es realmente incómodo. Sin embargo, hay quien sostiene que la verdadera felicidad reside en darse a los demás. Que no es más feliz el que más tiene, sino el que verdaderamente se siente dentro de una comunidad, ya sea familia, amigos, sindikato, grupo musikal, humanidad... el que da, el que comparte, y no por un cierto bienestar a corto plazo, sino por la permanencia en la consciencia de los demás.
Cuando digo los demás, me refiero al conjunto de la humanidad, no a los que son como yo o viven cerca de mí... porque eso es como pensar en uno mismo.
Un ideal, es en sí, la pertenencia a un grupo, sin esperar nada a cambio. El que traiciona un ideal está traicionando al grupo.
Si no hay grupo, no hay ideal, sólo obcecación, superstición, orgullo... que no tiene porqué ser mal asunto, simplemente es otra historia.
Los que no se dejan manipular, los que ponen la otra mejilla, los que golpean a los que abusan de los demás, los que remueven conciencias, los que denuncian injusticias, los Quijotes que se echan al monte a desfacer entuertos y ayudar a los menesterosos... Todos ellos gozan de mi más sincera y profunda admiración.
miércoles, 3 de octubre de 2007
MORAL VS. ÉTICA
Moral: conjunto de normas y valores que una determinada sociedad establece como adecuados para regir las relaciones entre sus miembros. Dependen de la situación del grupo concreto, de su historia, localización geográfica, clima... Su objetivo: asegurar la supervivencia.
Ética: valores absolutos, por encima de un grupo concreto. Establecen si un acto es bueno, malo, perjudicial, libre... Ideas puras, inmateriales, alcanzadas a través de la razón.
La Moral se ha vuelto contra la Ética. ¿Alguna vez no lo estuvo? ¿Existió una época en que los valores morales coincidían con los éticos? ¿No será que los valores éticos van en contra de la vida, la supervivencia de una determinada sociedad? ¿O es sólo una falsedad más? La Ética como moral hipócrita:
-Por un lado la Moral, la del día a día, la más cómoda, la que asegura la supervivencia, la que permite el drenaje de las pasiones y los instintos.
-Por otro la Ética, la moral de los Domingos, a la que recurrimos como reacción al dominio que sobre nosotros ejerce nuestra naturaleza animal. Como purga del sentimiento de culpa.
¿Por qué esta dualidad? De dónde la necesidad de suprimir definitivamente los instintos. ¿Qué necesidad de Ética tiene el hombre?
La Ética como supra-moral, como juez del resto de morales, como moral de masas. El elemento unificador de la Globalización, la Democracia.
¿Qué ha hecho el sentimiento de culpa por la Humanidad? ¿Acaso somos mejores que hace 5000 años? ¿Por qué esa fascinación del hombre por la razón, por las ideas, por todo lo que está fuera del alcance de los sentidos? Inventamos dioses y ahora queremos ser como ellos. Seguramente en la actualidad hay más guerras, más hambre y más miseria que en ninguna otra época. Eso es lo que hemos conseguido con la Ética, ir contra la Moral: acabar con la vida.
Renegados de nuestra condición humana. Negamos el conocimiento de nosotros mismos y volcamos todo el esfuerzo en la búsqueda del conocimiento, en la búsqueda de esas ideas absolutas.
La ciencia, la tecnología y la economía se han convertido en el nuevo campo de batalla donde los hombres miden su habilidad y elocuencia. A cambio, poetas, músicos, filósofos, políticos... son ignorados y menospreciados como artificiosos malabaristas de la palabra y las emociones, todo por atreverse a cuestionar el valor de la Ética.
En el campo de la Moral triunfa lo vulgar, la falta de moral, un batiburrillo de costumbres y comportamientos, tomados de aquí y allá. Un sinfín de ideas repetitivas y superficiales inundan los medios de masas, ensalzan la Igualdad, la Democracia, el Liberalismo, los avances Tecnológicos...