lunes, 9 de diciembre de 2024

How to tener una vida placentera

Me esperaba una conclusión mucho más moralizante y disciplinante... algo así como lo de las chicas de Alcaser. Pero "How to have sex" no es así. Quizá sólo un poco... Desde luego las consecuencias de salir de fiesta no son tan brutales. Podría pasar por un relato ejemplarizante, una advertencia, o un manual de cómo no tener sexo. Pero sin pasarse de frenada. Sin llegar a decir que las chicas no follen; se puede follar, pero ojo, cuidado: no a cualquier precio; se trata de que sea algo placentero, no una experiencia de mierda.

Una etapa difícil los inicios. Supongo que quién más o quien menos se ha visto envuelto en situaciones similares. En relaciones en las que no quería estar, o haciendo lo que no quería hacer. Supongo que siendo chica es más fácil acabar en escenarios incómodos. A los niños siempre se nos educa o socializa en una cierta agresividad y competitividad, en forzar las cosas, en hacer activamente que pasen. Y luego está la pornografía por todas partes... oculta pero accesible a todo el mundo. Pareciera realmente difícil llegar a desarrollar una sexualidad sana y placentera.

 

Llevaba un montón de tiempo sin ver una película que no fuera infantil o de animación. Mi tiempo de ocio ha excluido esa actividad. No encuentro el momento de sentarme delante de la pantalla -tampoco para escribir-. Mi vida transcurre en un frenesí de actividad y obligaciones... No hay tiempo para pensar ni retomar posiciones... -¿Qué quieres ser de mayor?... -Vaya! Si ya soy mayor.

No soy una persona hedonista. En un sentido peyorativo de hedonismo: búsqueda del placer inmediato, entregado a los bajos instintos y el consumo egoísta... De vez en cuando puedo practicarlo, pero como un dejarme llevar -no como algo buscado o deseado-. Supongo que prefiero un placer algo más sofisticado, el que encuentro: leyendo, viendo pelis, cortando leña, cogiendo setas, haciendo chapuzas en casa, escribiendo...
Llevo unos meses que no se me ocurre sobre qué escribir. Y, usualmente, cada dos o tres semanas me venían unas ganas imperiosas de hacerlo. Pero de un tiempo a esta parte me cuesta desconectar del trabajo. Necesito varios días para olvidarlo... Siempre quedan un montón de cosas pendientes. Y tampoco es que yo sea el dueño de la empresa ni el jefe de nada -pero oye, si estoy en algo, me gusta hacerlo bien-. Esto ya me ha pasado otras veces: puedo verlo en el número de posts que hay en el blog cada año. Cuando hay pocos posts es que estoy demasiado entregado al trabajo... y es señal de que tengo que bajar el ritmo, porque a mí no me pagan más ni me ascienden por entregarme más. 

Hace falta ese paréntesis para mirarse desde fuera y decir: -Oye! Por ahí no es... No es necesario obsesionarse, ni con el trabajo, ni con tener sexo.