Moral: conjunto de normas y valores que una determinada sociedad establece como adecuados para regir las relaciones entre sus miembros. Dependen de la situación del grupo concreto, de su historia, localización geográfica, clima... Su objetivo: asegurar la supervivencia.
Ética: valores absolutos, por encima de un grupo concreto. Establecen si un acto es bueno, malo, perjudicial, libre... Ideas puras, inmateriales, alcanzadas a través de la razón.
La Moral se ha vuelto contra la Ética. ¿Alguna vez no lo estuvo? ¿Existió una época en que los valores morales coincidían con los éticos? ¿No será que los valores éticos van en contra de la vida, la supervivencia de una determinada sociedad? ¿O es sólo una falsedad más? La Ética como moral hipócrita:
-Por un lado la Moral, la del día a día, la más cómoda, la que asegura la supervivencia, la que permite el drenaje de las pasiones y los instintos.
-Por otro la Ética, la moral de los Domingos, a la que recurrimos como reacción al dominio que sobre nosotros ejerce nuestra naturaleza animal. Como purga del sentimiento de culpa.
¿Por qué esta dualidad? De dónde la necesidad de suprimir definitivamente los instintos. ¿Qué necesidad de Ética tiene el hombre?
La Ética como supra-moral, como juez del resto de morales, como moral de masas. El elemento unificador de la Globalización, la Democracia.
¿Qué ha hecho el sentimiento de culpa por la Humanidad? ¿Acaso somos mejores que hace 5000 años? ¿Por qué esa fascinación del hombre por la razón, por las ideas, por todo lo que está fuera del alcance de los sentidos? Inventamos dioses y ahora queremos ser como ellos. Seguramente en la actualidad hay más guerras, más hambre y más miseria que en ninguna otra época. Eso es lo que hemos conseguido con la Ética, ir contra la Moral: acabar con la vida.
Renegados de nuestra condición humana. Negamos el conocimiento de nosotros mismos y volcamos todo el esfuerzo en la búsqueda del conocimiento, en la búsqueda de esas ideas absolutas.
La ciencia, la tecnología y la economía se han convertido en el nuevo campo de batalla donde los hombres miden su habilidad y elocuencia. A cambio, poetas, músicos, filósofos, políticos... son ignorados y menospreciados como artificiosos malabaristas de la palabra y las emociones, todo por atreverse a cuestionar el valor de la Ética.
En el campo de la Moral triunfa lo vulgar, la falta de moral, un batiburrillo de costumbres y comportamientos, tomados de aquí y allá. Un sinfín de ideas repetitivas y superficiales inundan los medios de masas, ensalzan la Igualdad, la Democracia, el Liberalismo, los avances Tecnológicos...